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Una semana y siete días después del vídeo.

Taehyung caminaba unos pasos detrás de Hoseok, estaban dentro del banco principal de la ciudad con el grupo de sociopatas. Aquel era el quinto golpe desde que comenzaron a aterrorizar a las personas y los clientes del banco entraron instantáneamente en pánico por su presencia.

Pero todo estaba saliendo fatal.

Taehyung veía como todo el equipo comenzaba a cometer estupideces. Se suponía que este era el penúltimo ataque antes de invadir la alcaldía para tomar por completo las riendas de la ciudad y aún así estaban cayendo en errores de principiantes. Varios olvidaron neutralizar las cámaras y alejar a los testigos de cualquier mueble que pudiese contener una alarma silenciosa debajo. Taehyung estaba hirviendo de ira porque sabía exactamente a qué se debía tanta descoordinación.

Camino con su traje de payaso encima, estampo la cabeza de la rehén que tenía a su cargo contra el piso de baldosas dejándola inconsciente mientras apuntaba a varios más para que no se movieran. La idea era llegar hasta el otro lado de la sala, allí donde su líder estaba sacando todo el dinero de las cajas fuertes.

Jungkook era un idiota.

Taehyung había escuchado todo lo que le dijo a quien se suponía solo era un juguete. Jeon había sido elegido como su líder por ser el más inteligente del grupo y ahora estaba demostrando la peor de las debilidades, se notaba de lejos que aquel chiquillo lo estaba manipulando pero el era muy idiota para darse cuenta. Ahora todo ese enredo les estaba costando una operación muy importante y Taehyung no le permitiría arruinarlo.

Llego hasta el lado de Jungkook tomándolo del brazo para mirarlo a través de la máscara. Los músculos de Jeon se trenzaron ante el tacto y Taehyung lo soltó cuando vio que ya había captado su atención.

– Concéntrate –le dice–, todo está saliendo mal y ni siquiera te haz dado cuenta.

– No me digas qué hacer –le responde Jungkook mientras vuelve a su trabajo.

– Te juro que...

Pero Taehyung fue interrumpido por una alarma que retumbó en todo el lugar. Ambos se miraron a través de las mascaras y supieron que debían salir de allí antes de que fuese demasiado tarde.

Taehyung se echo uno de los bolsos con dinero sobre el hombro mientras Jungkook levantaba los demás. Sus otros compañeros seguían apuntando a los rehenes para que no se movieran hasta que Jeon dio la orden para deshacerse de todos ellos. No podían dejar ningún testigo vivl para que pudiesen escapar por las salidas traseras sin ser vistos.

Todo era un caos, la alarma seguía sonando y los cuerpo caían uno a uno sobre el piso manchándolo de sangre. Poco le importaba a Taehyung las vidas inocentes que se quitaron ese día lo único que tenía en mente era encontrar la silueta de Hoseok que había perdido de vista cuando fue a hablar con Jungkook.

A lo lejos se podía escuchar las sirenas de los carros policiales acercándose, el tiempo se les agotaba y es que ahora la ciudad entera acudía de inmediato si había algún avistamiento de los "payasos asesinos". Taehyung gritó frustrado, ya no le interesaba el dinero solo quería encontrar a Hoseok para salir de allí y luego poder culpar a su líder de todo.

Corrió hasta la puerta trasera hasta que por fin pudo divisar la cabellera de Hoseok. Trató de hacerle señales mientras que Jungkook le pedía que apurase el paso y así salieran de allí. Cuando vio que el chico caminaba hacia el se sintió más relajado, más que mal el hecho de que pudiese perder a la única persona que amaba en este mundo hacía que los pelos se le pusieran en punta y comenzará a sudar frío.

Sr. Payaso ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora