021.

53.6K 7.8K 1.3K
                                    

Un día antes del vídeo.

Jimin estaba feliz, allí mientras entrelazaba sus dedos con los de Jeongguk se sentía completo.

Las clases ya habían terminado y ellos habían caminado hasta un hermoso parque que se ubicaba en los alrededores. Tontearon todo el camino, los besos no faltaron y parecía que todo estaba perfecto. Jimin actuaba como una colegiala enamorada a la que por fin le correspondían los sentimientos. Cada vez que miraba a Jeongguk sentía una corriente electrica danzando por espina dorsal avisando que estaba más que ido por ese chico. Le quería y mucho.

Decidieron recostarse en el césped del parque, Jeongguk se estiró sobre su espalda mientras que Jimin se acomodó sobre el pecho de este. Los dedos del castaño recorrían su espalda estremeciéndolo con suavidad. No podía evitar sentirse pequeño allí y que le gustase esa sensación, todo estaba tan tranquilo que uno se podía perfectamente ahogar en la paz del momento.

Eso hasta que una mujer apareció corriendo y pidiendo ayuda.

Jimin se levanto al igual que Jeongguk, ambos miraban la escena sin entender hasta que la mujer se les acerco. Se veía que era presa del pánico y aunque Jimin intentaba calmarla apenas se le podía entender lo que estaba diciendo. 

– Por favor, conserve la calma –pide y la mujer parece no escucharlo–. Dígame qué paso para llamar a la policía.

– ¡S-se la llevaron! –chilla la mujer mientras llora– ¡S-se la llevaron esos malditos!

– ¿A quién se llevaron? –Insiste Jimin mientras siente que Jeongguk apreta el agarre en su cintura.

– ¡U-unos m-malditos payasos! –grita antes de romper en llanto– ¡M-me amenazaron, ellos van a matarla!

– ¿Disculpe?

Parecía una maldita broma pero conforme pasaba el tiempo la mujer empezaba a articular mejor cada palabras. Según ella estaba en el centro comercial con su amiga y fueron emboscadas en el estacionamiento por unos tipos vestidos de payasos. Aclaró que al principio pensó que se trataba de una broma, como estas que se podían ver en internet a diario, hasta que uno de ellos saco un cuchillo apuntando directo a la garganta de su amiga. Allí todo se descontroló, subieron a su amiga a una camioneta negra sin patente mientras que ella alcanzó a golpear a quien la sujetaba para salir corriendo. Aunque uno de ellos la persiguió logró perderlo por las calles transitadas de la ciudad.

Todo parecía sacado de una película, pensaba Jimin.

– Llamaremos a la policía y te acompañaremos hasta la estación para que te sientas más segura –dice Jimin–. Ellos encontraran a tu amiga, estoy seguro.

Así fue como acompañaron a la mujer hasta la comisaría. A ella le tomaron una declaración y Jimin tuvo que hablar con los oficiales sobre el estado en que la habían encontrado. Todo era muy confuso y aunque quería seguir creyendo que todo era parte de una broma de mal gusto parecía que todo se estaba volviendo bastante serio. En todo momento se aferro de la mano Jeongguk, aquello le hacía conservar la calma y sentirse mucho más seguro para hablar con los oficiales.

Las horas pasaron y la policía le indicó a ambos que podían retirarse aunque no sin antes exigirles mantener el silencio sobre toda la situación o podrían afectar la investigación. Jimin asintió aunque no entendía mucho el tema, simplemente se apoyo en el brazo de Jeongguk para salir de allí. Entendía que no quisieses que el asunto se hiciera público y que la gente comenzará a entrar en pánico, más que mal aquellos vídeos de payaso haciendo bromas se estaban haciendo bastante populares en la ciudad durante los últimos días.

Durante el trayecto hacia su hogar parecía que a ambos le habían comido las lenguas los ratones. Jimin iba mirando sus propios pies asumido en sus pensamientos sobre lo que acababa de pasar mientras Jeongguk se limitaba a acompañarlo a casa. 

– ¿Estas bien? –Pregunta el castaño y parece que Jimin fue arrastrado a este mundo de sopetón.

– Sí... Solo estoy preocupado.

– ¿Por ella? La policía la mantendrá segura.

– Lo sé, pero todo este tema me causa escalofríos. ¿Sabes que Seung aún no aparece? Quizá le paso algo parecido, esa gente podría ser peligrosa.

Jeongguk para en seco para mirar a Jimin directamente a los ojos.

– No te preocupes por el. Tu mismo dijiste que era muy irresponsable y de seguro se fue por su cuenta, ¿no?

– Sí –replica Jimin–. Pero ya ha pasado mucho tiempo desde que no hay noticias de él y ahora pasa esto, quizá...

– Debes estar tranquilo –le interrumpe Jeongguk–, esto no tiene nada que ver con Seung.

– Todo es tan aterrador...

– A ti no te pasará nada, ¿vale? –Jimin siente como Jeongguk entrelaza los brazos en su cintura acercándolo a su pecho– Esto es una broma bastante idiota, pero yo me preocuparé de que nunca te ocurra nada. Eres mío, confía en mí.

– ¿Lo dices enserio?

Jeongguk toma con sus manos la cara de Jimin depositando un beso suave sobre sus labios. Allí al más bajo se le olvidaba todo, quería dejarse caer en los brazos del castaño para siempre y así olvidar todo lo malo que este mundo moderno le mostraba. Seguridad era lo único que se permitía sentir cuando su piel rozaba con la de Jeongguk.

– Lo digo enserio –dice Jeongguk cuando sus labios se separan–. No dejaré que nadie te toque nunca, ni un solo cabello de tu cabeza.

Jimin asintió y sonrió.

– Te quiero –susurra mientras Jeongguk le abraza. 

– Te quiero más, Jimin.

Era sofocante el montón de secretos que habían entre ellos y Jeongguk era el único que lo notaba. Podrían tener una relación normal, dos chicos demostrando lo mucho que se necesitaban ante la mirada atenta de los demás, pero el castaño se lo prohibía a si mismo aquella pizca de amor en su vida. Jeongguk estaba tan obsesionado con aquella parte oscura suya que se sentía incapaz de hacerla  un lado par ser verdaderamente feliz junto a Jimin.

El resto del camino estuvieron lo más juntos que pudiesen. Jimin ahora se sentía mucho mejor y cuando se despidió de Jeongguk para irse a dormir sintió que no habría otra cosa que dulces sueños en su descanso.

Aunque no tenía idea de lo que pasaría al otro día.



( ✧ )



Nota: Maratón final 1/4.

Nota: Maratón final 1/4

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sr. Payaso ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora