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Tres días después del vídeo.

Jimin estaba en el piso llorando. Hacía media hora que el maldito payaso lo había encerrado en aquella habitación sin ventanas y con paredes viejas. Se sentía totalmente aterrado por todo lo que estaba ocurriendo además de preocupado por su hermano, no tenía ni idea si Namjoon había sobrevivido o no.

"Podrá salvarse si es fuerte", recordó las palabras del sadico y sintió ganas de vomitar.

Cuando salió del centro comercial escoltado por aquel maníaco presencio la masacre más espeluznante que ni siquiera las películas de terror eran capaces de retratar. Fácilmente pudieron haber 40 cuerpos esparcidos en medio del patio de comidas, a pesar de que la niebla de las bombas era densa se podía ver claramente la sangre de las victimas bajo sus pies.

Jimin temblaba y el payaso lo remeció.

– Si sigues moviéndote como un chihuahua juro que terminaras igual que todos ellos.

Ante la amenaza se aseguro de controlar los pequeños espasmos que su cuerpo generaba. Sabía que si no hacía lo que ese tipo le pedía iba a terminar muerto y jamás volvería ver a su familia o amigos de nuevo.

Bajaron por las escalera de emergencia casi corriendo. A lo lejos Jimin empezó a escuchar sirenas de policía acercándose y rezaba para que alguien llegara a salvarlo, no quería morir a manos de un psicópata. 

Llegaron al subterráneo entre empujones de parte del payaso para que Jimin caminase más rápido. No pudo evitar mirar a todos lados para buscar a alguna persona que estuviese ahí, si la policía llegaba tendría una oportunidad, pero al parecer el lugar estaba desierto lo que solo hizo que Jimin sollozase más.

– Lloras porque te diste cuenta de que nadie te salvará, ¿no?

La voz del payaso calo hasta sus huesos. Lo odiaba profundamente, aquel sádico era parte de toda esa masacre y Jimin no sabía que tipo de persona era capaz de hacer algo como eso. 

El payaso lo llevo hasta una camioneta negra y con una mano abrió las puertas de atrás para luego subirlo de un empujo que hizo que Jimin se golpease en la cabeza contra el piso de esta. Rápidamente el sujeto subió junto a el y con cinta adhesiva que se encontraba tirada por allí le amarro las manos más los pies, como broche final busco en uno de los asientos una bolsa de tela que colocaría en su cabeza. Antes de cubrir los ojos de Jimin este miro directo a la mascara de aquel horrible payaso deseando saber quien era la persona detrás de toda esa locura.

– No sabes cuanto nos divertiremos –dijo el psicópata para luego bajar de la camioneta y cerrar la puerta.  

Jimin no entendía nada pero ahora se encontraba en aquella habitación. Se preguntaba a si mismo por qué el payaso no lo mato simplemente, ¿acaso lo iban a torturar o algo parecido?, ¿acaso había un motivo detrás de todo? Ademas de la inmensa adrenalina que sentía producto del miedo la incertidumbre no lo dejaba tranquilo

Se levanto del frió piso y se seco sus lagrimas, debía dejar de lamentarse para buscar una forma de salir de ahí. El hecho de que no hubiese ventanas complicaba mucho las cosas, la puerta era su única salida de escape pero estaba cerrada. Solo tenía una posibilidad para el, debía esperar que alguien lo viniese a ver así lo derribaría y saldría corriendo después de eso. Si eso no funcionaba no sabría qué más podría hacer.

Se acercó a la puerta para comenzar a golpearla con fuerza, debía atraer la atención de quien estuviese al otro lado.Después de media hora golpeando y con sus nudillos rojos, casi sangrando, por fin escucho como la cerradura giraba dejando entrar a alguien.

Sr. Payaso ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora