Utopía

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Cuan anhelado es el sueño,
Cual fortaleza del soñador,
viviendo el eterno enamorado
el desvelo,  en arriesgado silencio, enigmático y aniquilador.

No se si son sus ojos o su sonrisa lo que extraño más, y es que quien sonreía era yo cuando me miraba, pero no terminaba ahí, proseguía irrumpiendo en risas que lograron la imagen perfecta del momento; con que lloran mis ojos hoy recordándola.

Que desdicha, la quise tanto que no supe decírselo, tarde mucho para expresarlo, qué ironía que a ella no le bastaron ni unos segundos para enamorarme.

Lírica del recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora