Mía

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JAKAILA

Mientras observaba el anillo levante la vista y lo mire, se veía calmado, me gustaba saber que aunque se veía así sereno, por dentro estaba lleno de sentimientos reprimidos con un muro de contención para que no salieran, en ese momento pensé, "me gustaría verte perder la calma otra vez ".

Mientras era abrasada por Marc el hombre que anteriormente nos recibió nos interrumpió.

-todo esta listo, el anciano te espera.

-ok, ¿vamos? (Pregunto mientras me sostenía de las manos, por primera vez pude vernos como una pareja y la cálida sensación que sentía era asombrosa.)

Llegamos a una casa bastante grande y muchos hombres vestidos de negro nos recibieron, si todo no se viera tan serio podría reírme de como se veían las cosas, un grupo de vampiros vestidos de negro con cara de pocos amigos, es que suena tan lógico que hasta es gracioso.

Llegamos y en la puerta me quitaron mi abrigo, desde haí sentí vergüenza y solo quería ponerme mi ropa normal.

Una vez que entramos todos hacían una reverencia hasta llegar a un anciano algo tenebroso que estaba rodeado de chicas jóvenes, todos claramente vampiros.

-no puedo creer que en frente tengo al mismo demonio y mas aun acompañado, ¿tu amante? (Dijo desde las sombras, Marc tomo mi mano y se la mostró.)

-no la confundas con un juguete. (Dijo en voz baja, daba un poco de miedo.)

-perdón, emperatriz. (Dijo poniéndose de pie y fue hasta nosotros, tomo mi mano y la beso, en el momento en que tomo mi mano un escalofrío paso por mi cuerpo, este hombre no me agradaba.)

-no se preocupe. (Le respondí a lo que me salieron las palabras de forma robótica.)

-no pasa nada, eres mía y nadie esta tan desesperado por morir, saben que tocar lo que es mio esta prohibido. (Me susurro y sonrío, esa acción despertó algo en mi.)

Nos sentamos y mientras el tiempo pasaba podía escuchar como el anciano y Marc hablaban, hasta qué una de las chicas inicio una conversación con migo.

Estaba algo cansada, quería dormir y descansar, y Marc que al parecer me conocía trato de irse despidiéndose y tomándome como siempre con esa actitud posesiva.

Nos despedimos y en un cómodo silencio fuimos hasta el hotel, y una vez en la habitación.

Puso los ojos fijos en mi y mi cuerpo se estremeció, camino en silencio hasta mi y mientras lo observaba sentía como la sangre hervía dentro de mi cuerpo, una vez estuvo en frente tomo la tela del vestido y lo rasgo dejándome expuesta.

-lo odio. (Murmuró con los restos de la tela en las manos.)

-¿como dices algo así?, me pase la noche con ese bochornoso vestido solo por ti. (Dije decepcionada y avergonzada.)

-no es tu culpa, en toda la noche he tenido que aguantar los comentarios de los hombres que te miraban, me encanta como te queda, me sentí grande al saber que codician lo que es mio, pero esta terminantemente prohibido siquiera estar cerca tuyo, me desespero, me enojo, me irrita, me atraes, tanto que en este momento deseo que fueras mayor, me gusta tu cuerpo y me excita tocarlo, no te imaginas lo difícil que es para mi no atacarte ahora. (Dijo undiendo sus dedos por mi pelo.)

-es la primera vez que me dices algo así, de hecho es la primera vez que me confiesas que te éxito. (Dije interesada en sus palabras.)

-lo digo para que me ayudes a no atacarte. (Murmuró muy cerca de mis labios.)

-no tengo miedo. (Apenas suspiré en sus labios antes de unirlos en un beso en el que trato de responderme.)

Me guió hasta la cama y acostándome en la cama sonrío en mi pecho y antes de clavarme los colmillos dijo.

-soy un animal, pero comienzo a pensar que eres el mismo demonio, ¿como te atreves a tentarme de esa manera?, huye, huye ahora que trato de ser normal, porque esta advertencia solo es hoy.

Así pasaron barias cosas mas y dormí, me dormí en sus brazos y perdí la noción del tiempo.

Gracias por leer

La Mascota Del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora