Capitulo 12. Piensalo hijo

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Samuel llego a casa con la rabia en la cabeza a punto de explotar, el descaro de andrea lo ponía mal, no toleraba que le mintieran de esa forma, lo único que necesitaba en ese momento era darse un baño y leer un poco hasta quedarse dormido, pero sus planes se verán arruinados

Clara: samuel mi niño! Que bueno que llegaste, tu novia tiene rato esperándote, ya quede con ella para que la lleves a conocer la ciudad -dijo la señora animadamente-

Samuel: como? que estas diciendo? Te dije que no tengo novia -dijo enojado-

Monserrat: hola guapo -dice saliendo desde el comedor-

Samuel: que haces aquí Monserrat?!, creo que fui muy claro contigo está mañana

Clara: samuel! No seas grosero, está niña tan linda y educada -recalco la palabra- lleva un buen rato esperándote

Samuel: si mama, y yo llevo todo el día trabajando y lo único que necesito en este momento es descansar

Clara: pues no, tu vienes ahora mismo y cenas con nosotras y ya no se diga más!

Samuel como buen desobediente haciendo lo que se le da la gana, sólo dio media vuelta y fue a su cuarto ignorando los gritos de su madrea

Samuel: ni crea esa mujercita que me voy a meter con ella, mi mamá mucho menos

Samuel se quedo pensando un rato mirando a un punto fijo en la habitación, lleva más de tres años sólo, sin recibir un beso o un "como te fue mi amor" de la mujer que amaba, se sentía sólo, la monotonía acabaria con el en cualquier momento, ya con la edad que tiene se imaginaba minimo con 2 hijos, encantado de llegar a casa, que los gritos de sus hijos llenarán sus oídos y que los brazos de su mujer lo envolvieran en un abrazo, pero no era así, en cambio tenía que aguantar todos los días las quejas de su madre y una inminente soledad que lo acompañaba todas las noches

Hubo un momento en medio de su trance en la que una andrea pelionera y luego sonriente se metió a su cabeza

Samuel: eres una pesadilla -dijo al percatarse de sus pensamientos en ella- ni siquiera lejos de ti me dejas en paz... De verdad estarás trabajando ahora?

El orgullo de Andrea era muy grande, estaba ahí, sentada frente a un escritorio trabajando como loca, tuvo que llamar a abue su para poder hablar con su bebé, le rompió el alma volverlo a escuchar llorando Porque ella no estaba ahí, pero tampoco pretendía darle el gusto a samuel de que se saliera con la suyas y mucho menos renunciar porque no tenía el dinero para devolvérselo

Andrea: maldito amargado -dijo mientras trabajaba-

El sonido de la alarma del celular de samuel, inundo toda la habitación, haciendo que samuel abriera los ojos por la incomodidad que eso le provocaba, era hora de levantarse, sólo, como todos los días desde hace años, se preparó y bajó al comedor para desayunar, encontrándose con una mirada de reproche de su madre

Clara: lo que hiciste ayer no estuvo nada bien samuel

Samuel: y cuando te ha importado a ti si hago bien o mal?

Clara: ya samuel ya! Yo no tengo la culpa de tu amargura, he intentado de mil formas posible tratar de arreglar el pasado en cuanto a mi trato contigo, se que cometí muchos errores, pero eres mi hijo y te amo, por eso ya no quiero verte más así, tan sólo, desde que la mujer esa se fue cambiaste mucho y ya no es justo que continúes así, piensa por favor samuel, me duele verte tan solo, Monserrat es una muchacha buena, con clase y de buena familia, ella a cambio de Mikaela si es de cuna, no necesita dinero por lo tanto no se te acercara a ti por eso, debes de dejar de pensar que todas las mujeres son iguales

Samuel: lo se mama, quiero pedirte perdón porque tienes razón, tu no eres culpable, pero es que no dejo de pensar en esa maldita mujer, en la forma que me abandono con nuestro hijo en su vientre y en cuanto a Monserrat, si, es muy bonita, no... es increíblemente bella, pero no termina de caerme, me parece tan superficial

Clara: trátala, no puedes juzgarla si desde el primer momento la haz alejado de ti sin darle una oportunidad, piénsalo hijo, a lo mejor Monserrat es la indicada para sacarte de esta soledad tan grande en la que estas sumergido

Samuel: está bien mama, te prometo que lo voy a pensar, adiós -dijo y beso su mejilla- gracias por toda la paciencia que tienes conmigo

Clara: eres mi hijo y te amo, no me queda de otra, adiós, cuídate y no seas tan grosero

Samuel se dirigió a la empresa, quería saber si andrea había sido capaz de hacer el trabajo, si era largo, bastante, no creía que fuera capaz, cuando entro a su oficina encontró el desastre más grande que había visto en su vida, habían varias tasas de café y papeles regado por todas partes, pero andrea no estaba ahí, empezó a enojarle el hecho de que se haya ido sin hacer nada

Salió y empezó a buscarla por todas las oficinas, era aún muy temprano, no había llegado nadie, continuo caminando por los pasillo hasta que al fin escucho su voz en el cuarto de las fotocopiadora... Cantando...

Andrea: la vaca loca, la vaca loca, tiene cabeza y tiene cola... Las ruedas del autobús girando van, girando van, girando van... Por la ciudad -se escuchaba cansada, decaída-

Automáticamente el día de samuel se alegró por aquella faceta tan tierna que desconocía de Andrea

Samuel: espero que este tan feliz porque ya término el trabajo -dijo desde la puerta y andrea dejo caer todos los papeles que tenía en las manos por el susto-

Andrea: esta loco! -dijo pero de inmediato se calló al ver la cara de samuel- me asusto!

Samuel: así de sucia estará su conciencia -dijo mientras se acercaba para ayudarla a recoger los papeles

Andrea: estaba distraída señor -dijo mientras ella también se ponía de rodillas para recoger los papeles, cuando lo hiszo se sintio muy mareada, sus manos empezaban temblar y sentía un escalofrió recorrer todo su cuerpo-

Samuel: espero que... -se detuvo en el momento que quedo frente a frente de andrea- que... Haya ter..minado -dijo entre cortado, la mirada de andrea era bastante profunda y cautivadora, hasta la persona más insensible podría caer en sus encanto

Andrea también lo observo detalladamente, lo miro bastante relajado para como ya estaba acostumbrada a verlo, sus labios estaban entre abierto y su ceño ya no estaba fruncido, tenía unos ojos muy bonito, capaz de enloquecer a cualquier mujer, pero que a la vez escondía dolor, mucho dolor y culpa, cosa por la que andrea frunció el ceño, "habrá pasado por algo muy doloroso, seguro por eso está tan amargado" -pensó-

Andrea: este... Si... Si termine señor -dijo luego de que salió de su trance-

Samuel: me parece muy bien... Por eso vine más temprano, quiero ver como quedo

Andrea: lo siento señor, pero aún es temprano, por favor -suplico-  permitame ir a casa y darme un baño, le prometo que estaré aquí justo a las 7:30 por favor -dijo mientras abria y cerraba sus ojos frecuentemente-

Samuel no podía negarse a la petición de andrea, había sido muy duro al dejarla ahí toda la noche, su cara lo decía todo, tenía dos grandes bultos negros muy pronunciados debajo de sus ojos, sus labios estaban ligeramente reseco y temblorosos, su cabello todo despeinado, su piel estaba un poco más blanca de lo que era y su frente estaba cubierta por una ligera capa de sudor

Samuel: está bien, puede irse, puede venir a las 8:30 y coma algo, se ve muy pálida

Andrea: claro -dijo mientras caminaba hacía la puerta, pero apenas podía ver, su vista estaba muy borrosa, su caminar era despacio y tambaleando, samuel lo noto y se acercó a ella justo en el momento en que perdió el conocimiento

Samuel: andrea! Señorita andrea! Despierte!..

Siempre a mi lado Cielito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora