Capitulo 92. Perdonados

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en ese preciso momento, la rabia atravesó todo el cuerpo de Samuel, apretó sus puños antes la presencia de aquella mujer, se obligo a controlarse porque tenia ganas de matarla el mismo con sus propias manos, sabia muy bien que habia sido ella quien lo habia atropellado, queria matarla no por el hecho de que se lo haga a el, sino de sus verdaderas intenciones al querer atropellar a andrea

samuel: agradece que tengo quien depende de mi y no te mato en este mismo momento

mikaela: perdoname mi amor -dijo mientras se acercaba a el e iba a acariciar su mejilla, pero el tomo su mano apretandola con tal fuelza que ella se quejo de dolor- sueltame -exigio adolorida-

samuel: de ninguna manera, en este mismo instante tu te vas conmigo a la policia, no voy a permitir que andes libre por ahí

mikaela: no mi amor no lo hagas -dijo entre lagrimas- soy la madre de tu hija

samuel: no me importa quien demonios sea o fuiste, no voy a permitir que estes libre despues de lo que intentaste hacer y en cuanto a mi hija, ella ya tiene un padre

mikaela: bien, vamos, vamos a la policia, pero te juro que este sera el ultimo dia en que sepas algo de tu hija

samuel: no puedes hacer eso -dijo y aflojo su agarre-

mikaela: retame, estuve lejos de tu vida por mas de tres años samuel, ni siquiera todos esos detectives nefasto pudieron encontrame, pruebame y te juro que soy capaz de desaparecer a manuela a tal punto que ni siquiera yo sepa de su exitencia

samuel: ¿sabes que? -la volvio a tomar fuertemente del brazo- prefiero dedicar toda mi vida a buscarla aunque nunca la encuentre que sabiéndote libre intentando hacerle daño a andrea o a mis hijos, ya nada me importa mas que ellos

mikaela: sueltame -se quejo y se separo de el bruscamente- pues sabrás que ya a mi tampoco nada me importa si estoy lejos de ti y de Manuela. anda, meteme a la carcer y no solo voy desaparecer a manuela, sino que lo hare enterrándola 3 metros bajo tierra y no me mires asi -dijo al ver a samuel horrorizado-. sabes que soy capaz y no creo que tu puedas vivir con la muerte de tu hija en tu conciencia, una hija que te conoce y pregunta todo el tiempo por ti, una hija que se considera tu princesa, anda, vamos y te juro por Dios que no solo tu princesa desaparece -dijo en un tono de advertencia- sino que aunque sea lo ultimo que haga, me encargare de la fulana esa y de esos dos bastarditos. ay pobre... lucas que apenas acaba de salvarse y sebastia que acaba de nacer, seria una lastima que murieran tan pront... -dijo con una sonrisa perversa y empezo a caminar hasta la puerta-

samuel se quedo en shock ante las palabras de esa mujer que considero el amor de su vida por tanto tiempo, como pudo cambiar o como el no se dio cuenta antes que era de esa calaña, si le hubiese dicho eso en cuanto apareció en su vida nuevamente, no la creería capaz, pero el hecho de que intentara atropellar a andrea casi lograndolo, no le dejaba mas remedio que por el momento, no hacer nada hasta tener seguros a andrea y a sus hijo, aunque su libertad no implicaba nada de eso

mikaera: no vemos pronto bebé -dijo antes de salir de la habitación-

habia llegado a perturbar su paz, a complicar mas las cosas, samuel se encontraba en una encrucijada, la tuvo ahí con todas las oportunidades para meterla de una vez por todas a prisión, pero por sus palabras no podia arriesgarse

andrea: samu -dijo desde la puerta, ella habia querido ir personamente por el- ¿que paso? ¿por que estas asi? -dijo al verlo sentado sobre la cama con la mirada perdida

samul: porque no hago mas que las cosas mal una y otra vez -dijo mirandola intensamente-

andrea sintió un escalofrio al ver esa mirada, era muy parecida a la primera que vio cuando se conocieron, oscura, llena de tristesa y odio, una mirada que creyó al fin desaparecida para siempre, pero no fue así...

Siempre a mi lado Cielito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora