Capitulo 2. Ahora no cielito

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En casa todo parecía normal, todos se levantaban, bajaban a desayunar mientras que la servidumbre le llevaba algo de comer

#######: ¡señora! Señora! La niña andrea no está en su cuarto!

Lucía: como que no estas! Que démonios estas diciendo!!

######: la busque por todas partes, pero no está, además.... La cerradura de su puerta se ve forzada

Federico: vaya! La linda rapuncel al fin escapó de su encierro y sin necesidad de un príncipe

Lucia: cállate Federico!

Monserrat: ay mama! Que tanto dramas haces por esa... Cualquiera, ya! Superalo, se largó y ya no tenemos que verla nunca más

Ludovico: ya cállense todos! Monserrat! Que sea la ultima vez que llamas así a andrea y en algo tienes razón, que bueno que se escapó, así no tendremos que verla nunca más -dice en un intento de ocultar su dolor-

El señor amaba, ama a andrea con toda su alma, sólo que no le puede perdonar que haya acabado con su futuro tan prometedor por ese mal paso, no quería verla humillada delante de la sociedad, por eso acepto lo que su esposa lucía le propuso al dejarla encerrada en su cuarto, pero le dolía, le dolía escucharla llorar cuando pasaba por su cuarto, le dolía saber que su caracolito ya no vaya a seguir con un futuro prometedor...

...........

Andrea al fin había llegado, la ciudad era enorme, sentía todos su cuerpo entumido por lo incómodo del viaje y su embarazo tan avanzado, lo único que tenía con ella era el dinero que le dio su hermano,  lo agradecía tanto porque sino todo hubiese sido peor y el cambio de ropa que saco para ella y su bebé, también se llevo algo de las hoyas que sus padres le habían regalado, con eso estaba segura que podría sobrevivir hasta que su bebé nazca y pueda conseguir trabajo

Necesitaba encontrar un taxi y un lugar donde quedarse, lo más sencillo que se pueda, tenía que comprar más cosas para su bebé, con lo que tenía para ella era más que suficiente, pero su bebé no tenía nada y ella no iba a permitir que el tuviera precariedades, le daría todo lo que pueda para que este bien.

En cuanto encontró un taxi le pidió que la ayudara a encontrar un lugar donde quedarse, el taxista amablemente le recomendó un edificios donde la renta de los departamento era mínima.

Los apartamento eran pequeños y algo descuidados, pero estaban amueblado, lo básico, una nevera, estufa, un pequeño sofá en la salita y una cama, era algo extraño y olía aún más extraño, debía encargarse de eso antes de que nazca su bebé

Tal y como dijo el taxista, el precio era mínimo, con el dinero en efectivo pudo pagar tres meses, le alcanzaba para pagar el doble, pero no podía quedarse sin dinero para cuando llegara el bebé

Andrea: se que estas muy cansado por el viaje -dijo mientras miraba y acariciaba su vientre- yo también lo estoy, pero no podemos dormir en una cama así, todo esta muy sucio... Sabes? A veces pienso y me digo ¿por que a mi? Yo lo tenía todo, un futuro prometedor, una familia que me amaba, todo, pero me basta sólo sentirte para tirar todo eso a la basura, puede que no hayas llegado aquí de la mejor manera, pero te juro que eso nunca será un impedimento para que yo te ame con todo mi ser, más de ser hijo de ese hombre que acabo con mi vida e ilusiones, eres mío, sólo mío

Le seguía doliendo todo lo que había pasado, era algo que nunca iba a superar, pero con sus carisma, desempeño y el amor de ese bebé iba a salir adelante, lo iba a educar de la mejor manera, que sepa reconocer lo que está bien y lo que no, para que si era niño nunca en la vida se le ocurra hacer lo que hizo el culpable de que hoy este aquí y si era niña haría de ella una niña fuerte, decidida, valiente así como ella para que ella tampoco tenga que pasar por algo parecido.

Siempre a mi lado Cielito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora