capitulo 18. ¿la quiero?

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andrea estaba aturdida por dos razones, una: por la forma tan brusca en la que despertó, y otra: por lo que dijo samuel cuando lo hizo.

Andrea: ¿que paso? ¿Ya llegamos? –dijo atontada-

Samuel: yo si; pero usted parece que sigue en nueva york con su amor –dijo y Andrea de inmediato noto su enojo-

Andrea: ¿de que habla? Yo solo... ¿que dije? –dijo nerviosa, por lo que Samuel acababa de decir y por lo que ella pudo haber dicho mientras dormía-

Samuel: "no amor, déjame dormir" – dijo tratando de imita la voz de Andrea y empezó a caminar dejándola ahí sola-

Andrea: ¿y ahora que le pasa?... este hombre me preocupa, tendré que hacerle una cita con un psicólogo -penso-

Habían llegado casi de noche al hotel, Andrea de inmediato fue a la cama, nunca a pesar de que lo hacia con mucha frecuencia le gustaban los vuelos en avión, sea la distancia que sea, terminaban agotándola mucho, solo se tiro a la cama y se dejo llevar por el sueño

Samuel sin embargo seguía cabreado sin entender por que, Andrea estaba haciendo de el un disparate, sentía que su vida empezaba a depender completamente de ella

Samuel: que estas haciendo conmigo Andrea... sera que... ¿me estoy enamorando? –penso- es que eres tan distinta, arrebatada, humilde, orgullosamente hermosa –dijo con una sonrisa- pero... no podrás ser mía, ya eres de otro –dijo esto ultimo con tristeza-

Un nuevo dia llego, Monserrat estaba irritada porque Samuel se fue a Colombia con su secretaria, porque Samuel almuerza con su secretaria y porque las pocas veces que an vuelto a salir junto el no deja de mencionar lo inteligente que es su secretaria Andrea, no la conoce y ya la odia, por su nombre y porque se esta convirtiendo en el centro de atención de Samuel

Clara: por dio guapa –dijo la señora a Monserrat que exponía su enojo- mi hijo es muy juicioso, jamas se fijaría en alguien como su secretaria, mucho menos después que una mujer humilde lo estafara y abandonara

Monserrtat: es que tienes que ver la forma en la que el habla de ella, se le iluminan los ojos... señora... esto me duele mucho por que yo... yo amo a su hijo –dijo en un fingido llanto-

Clara: ya monse, ¿sabes? Tu desde el primer momento me has gustado para mi hijo, y yo te voy a ayudar, se que no le eres indiferente porque si así fuera, no seguiría saliendo contigo, sabes que haré? Voy a ir a la oficina y voy hablar con esa tal Andrea para que se aleje de el

Monserrat: en serio haría eso?

Claro: claro que lo haré! No solo por ti, sino también por mi hijo y su bienestar...


Andrea se había levantado un poco mareada y aturdida gracias a que por haberse quedado dormida no ceno, apenas creía que tendría tiempo de ducharse antes desmayarse, ahora que sabia lo de su enfermedad empezaba a entender mucho y hasta sentía peor aquellos mareos

Cuando salio de su cuarto se encontró con Samuel que justo en ese momento iba a tocar la puerta para invitarla a desayunar

Samuel: Andrea ¿que le pasa? –pregunto al verla pálida y con la frente sudada- no me diga que no ceno anoche? -dijo ahora enojado-

Andrea: este... - dijo con sus ojos cerrado mientras pasaba la lengua por sus labios que los sentía resecos en ese momento- me quede dormida, nunca me han gustado los aviones

Samuel: que no entiende que está enferma y no puede saltarse ninguna comida! –dice casi gritado- venga para acá y vamos a desayunar, ya lo tienen preparado para nosotros

Siempre a mi lado Cielito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora