***
Dedicado a todos esos pequeños, y no tan pequeños, granujas. Llegan haciéndose llamar mascotas para acabar ocupando un lugar en tu hogar y ser uno más en la familia. Capaces de abrirse un hueco en tu corazón. Llegando a tu vida cuando menos lo esperas, dejándote muy sólo cuando se van. Tan sólo un adiós silencioso, un adiós sin palabras que nunca olvidas. Llevándose como equipaje, un trocito de tu corazón, a cambio de un montón de recuerdos.
Piensas que con el tiempo te acostumbrarás a soportar ese vacío y de algún modo se consigue. Te acostumbras a esos nuevos latidos desacompasados y acelerados que provocan su recuerdo, a ese vacío que soportas aunque duela tanto, porque sabes que lo provocan ellos. Y algo tan doloroso lo conviertes en algo que no deseas que desaparezca, porque temes olvidar lo maravilloso que fue disfrutar de su compañía. Su sólo recuerdo haran latir, tu triste y roto corazón, rápido y arrítmico, porque nunca podrá volver a latir igual sin ellos. Reír tanto como llorar, pequeñas punzadas allí donde entró cuando menos lo esperabas, haciendo que tus días junto a ellos fuesen llenos de sentido, con su amor incondicional.
Cuando piensas en ellos no puedes evitar emocionarte, culpables de esa triste sonrisa, que se dibuja en tu cara sin que seas consciente de ello. Rabias de impotencia porque ya no esta contigo y te encuentras con ese llanto inesperado lleno de frustración, en muchas ocasiones sin saber que hacer con todos esos sentimientos encontrados, que te hacen sonreír pensando en su carita, sus ojos; a la vez que te hacen llorar porque tan sólo puedes contar con su recuerdo. Sus maravillosos ojos llenos de vida y palabras mudas, las únicas que usan y necesitan para hablar contigo.
Y es que ellos se hacen de querer incluso cuando se enfadan contigo, porque también tienen su propio y único carácter, su particular y especial personalidad. Se refugian en ti cuando están malitos, diciéndote con su mirada que algo no va bien. Sólo ellos son capaces de hablar tanto con sus ojos, de transmitir tanto con una mirada, de darte ese cariño desinteresado. Buscar tu mirada haciendo que un día triste se ilumine. Buscando tus caricias y mimos, como buenos granujas, porque saben muy bien que te hacen sonreír y olvidar un poco lo que te hace estar mal.
Gracias por vuestra compañía, gracias por vuestro tiempo junto a nosotros, y sobretodo, gracias por vuestro cariño.
*******
ESTÁS LEYENDO
Hola, me llamo Mushu ©
Non-FictionTodos hemos tenido mascotas de muchos tipos, yo al menos he tenido bastantes. Pero una de ellas me enseñó algo muy valioso, algo que sólo tras conocerlo puedo reconocer como una lección. Me demostró una inteligencia fuera de lo que se le atribuye a...