Trece.

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— ¿¡Que es esto!? ¡Por el amor de Dios! — Exclamó ella.

— Mamá. — La llamo Jihoon, ya que para él, aunque no sea su madre biológica, el la consideraba como tal. — Tranquila, no es para tanto.

— ¿¡Que no es para tanto!? ¡Espera a que se entere tu padre! Estará muy decepcionado, esto es inaudito, jovencito. Será mejor que tu... Amigo, se vaya de aquí ¡Y que no se atreva a volver!

— Señora, no es necesario hacer esto. Podemos hablar tranquilamente. — Dijo Seungcheol.

— ¡No quiero oír nada de ti! ¡Vete de mi casa!

El mayor observo a Jihoon, como buscando en sus ojos que es lo que debería hacer.

Al final se decidió, a irse de allí, todo con tal de no causarle más problemas a su novio.

Una vez que Seungcheol se había ido, su madrastra lo llamó para hablar con él.

Se encontraban en la cocina.

— ¿Desde cuando eres... Eso? — Le preguntó ella con toda la furia reflejada en sus ojos y tono de voz.

— Desde siempre, eso, como tu dices, no es algo que yo elegí, soy así y espero que me aceptes.

— ¡Pues no lo haré! ¡Si Jeonghan cambio tu también puedes!

— ¡Esto no es algo que se pueda cambiar! ¡Es hora de que abras los ojos!

La mujer iba a decir algo pero una voz la interrumpió.

— ¿Que esta sucediendo aquí? Estoy oyendo muchos gritos. — Interrogó su padre ingresando a la cocina.

— ¡Tu hijo! ¡Eso es lo que pasa!

— ¿Jihoon? ¿Otra vez reprobaste historia?

— ¡No, no es eso! — Exclamó su madre con furia. — Tu hijo es un...

— ¿Un que? ¿Un extraterrestre?

— ¡Un homosexual!

Silencio.

El padre de Jihoon lo miró como preguntando que debía hacer o decir.

— Oh... ¿Hay algún problema con eso? — El hombre se mostraba muy tranquilo, cosa que alteró de sobremanera a su madre.

— ¡Ya lo sabias y no me dijiste nada! — Alzó la voz con el ceño fruncido.

— Jihoon me pidió que no te dijera nada, el queria esperar a estar listo para poder decírtelo y se lo respeté. — Le dijo con tono de voz tranquilo.

— Esto es increíble. — Expresó con cierto desconcierto en su rostro. — No importa.

— ¿No importa? — Preguntaron Jihoon y su padre al unísono y sorprendidos.

Hasta hace unos segundos la mujer estaba totalmente alterada debido a lo que se acababa de enterar y ahora ¿lo estaba aceptando?

— No, no importa. Puedo llamar a un amigo mío que es psicólogo y nos ayudará con este problema. — Declaró para luego comenzar a buscar algo en sus bolsillos.

— Espera, espera, espera. — Le pidió su padre. — ¿Problema?

— Si, porque eso es lo que tiene Jihoon. Un problema.

— No, querida. La única persona aquí que tiene un problema, eres tú. — Le dijo el hombre a su madrastra.

— ¿Como dices? ¡Estas loco! ¡Solo quiero ayudarlo!

— No hay nada en que ayudarlo, él esta bien, ¿Acaso crees que tiene alguna enfermedad o qué?

— Por supuesto, no es algo normal.

Jihoon suspiro.

No aguantaría los delirios de una persona homofóbica, aunque se tratara de la mujer que lo crió y cuido durante bastantes años, por lo que comenzo a caminar hacia la salida de la cocina para irse a su habitación.

— ¿A donde crees que vas jovencito? — Interrogó la mujer sosteniéndolo del brazo para evitar que siguiera caminando.

— Sueltame, no soporto estar en la presencia de gente como tú. — Le escupió con todo el enfado del mundo en cada una de sus palabras.

— ¿Gente como yo, dices?

— Si, gente que odia y no respeta sin razón coherente. No te pido que salgas con una pancarta que diga "Amo a los gays" pero al menos, respetame, porque yo soy así, y no es algo que vas a poder cambiar y mucho menos con un psicólogo.

Dicho eso Jihoon se fue a su habitación, como quería hacer en un principio.

Cerro la puerta con llave y no dejó pasar a nadie durante las siguientes horas.

Tenia miedo.

Miedo de que pasaría.

Miedo de todo lo que su madrastra seria capaz de hacer.

No quería que su familia se destruyera por su culpa, no quería que sucedería nada malo.

Recibió llamadas de Seungcheol, pero las ignoró.

No estaba enojado con él, pero estaba confundido y preocupado.

— Jihoonie soy yo, abreme, hablemos. — Oyó la voz de su hermano detrás de la puerta.

— Lo siento Jeonghan, te dije que quería estar solo.

— Pero solo quiero hablar. Cinco minutos. — Insistió.

Jihoon suspiro y fue a abrirle.

Jeonghan paso cerrando la puerta detrás suyo.

— ¿Estas bien? — Le preguntó.

— Si. — Respondió.

— ¿Estas seguro?

Él más bajo asintió, pero lentamente comenzó a negar con la cabeza mientras sus ojos se humedecían.

— ¡Oh no, no llores! — Exclamó su hermano acercándose a él para abrazarlo.

Jihoon trataba decir algo pero sus propias lágrimas simplemente no lo dejaban.

Shhh, tranquilo, estoy aquí contigo, no tienes nada de que preocuparte, ¿Recuerdas cuando te dije que si pensaban echarte de esta casa yo me iría contigo?

El menor asintió con la cabeza mientras no dejaba de abrazarlo.

— Pues cumpliré con esa promesa. No podría vivir sin mi hermanito, de otra forma ¿A quien molestaría si no te tuviera a ti? — Preguntó riendo.

— Cierra la boca. — Le respondió golpeándolo levemente con una sonrisa.

— ¿Ves? Luces mejor cuando sonríes. — Le dijo.

— Gracias.

— Para eso están los hermanos.

Jihoon estaba agradecido de tener a alguien como Jeonghan en su vida.

Estaba consciente de que en situaciones como las que él estaba viviendo en esos momentos, algunas personas se encontraban solas.

Sin embargo él tenía a su hermano, que aunque no sea de sangre, lo era del corazón.

— ¿Que harás tú? ¿Le dirás a mamá que también eres...?

Jeonghan negó con la cabeza.

— Aún no estoy preparado.

— Yo tampoco lo estaba y paso esto. Uno nunca sabe.

Se separaron luego de estar un buen rato abrazados.

— Pero tu eres más fuerte que yo, creeme. — Le aseguró.

— Gracias, Hannie.

— Deberías atender las muchas llamadas que seguramente Seungcheol te hizo. Debe estar demasiado preocupado.

— Lo haré.

Confused » Jicheol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora