Te amo

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Estaba con los chicos de la banda, Samanta y otras personas  en Sony Music.

—Ya sabemos como cantan chicas así que no será necesario escucharlas individual en este momento —comentó Samanta.

Comenzaríamos a grabar las canciones mañana y grabar varios vídeos. También nos dijeron que habrá varias entrevistas y cuando lancemos el disco, comenzarán los conciertos. Pero eso sería más adelante.

Los chicos nos esperaban justo en lo que sería nuestra oficina temporal. Tenían un enorme cartel de "Bienvenidos" muy colorido y también tenían espantasuegras y confeti.

Parecía más cumpleaños que una bienvenida. Después de que los chicos nos dieran varios consejos, Alonso me apartó.

—¿Emocionada por empezar este gran sureño? —me preguntó.

—Melanie es la que se ha de estar muriendo de que no se la cree —le dije riendo—. Además de que le encanta cuando sale y la reconocen por la banda.

—Ya me imagino.

—Iré por algo de tomar —le dije y caminé donde estaban los chicos.

—¿Creen que duren Alonso y Victoria? —dijo Jos.

—¿Por qué lo dices? —dijo Melanie— Están bien juntos.

—Pero ustedes empiezan con su carrera musical y con los conciertos, giras, entrevistas, ensayos y demás, no tendrán tiempo para verse —comento Bryan.

Todos se quedaron callados. Nunca había pasado eso por mi cabeza.

Entré donde ellos—¿por qué tan callados, chicos? —traté de disimular que escuché su conversación.

—Nada de nada —contestó nerviosa Camille.

Me serví un poco de refresco y regresé con Alonso.

—Mañana en la mañana te recojo —me dijo Alonso en la puerta de mi casa.

—Tengo que hablar con Luis y decirle la noticia, seguro se alegrará.

—¿Extrañarás ir al café? —me preguntó.

—Bastante —le contesté algo triste—, ya no escucharé las pláticas de los clientes y hay una mujer que siempre me contaba anécdotas muy chistosas. Será extraño ya no ir.

Lo abracé un largo momento. Me sentía rara por saber que no lo vería tanto y que nuestra relación se fuera a pique.

—Que escena tan cursi —se escuchó una voz chillona que no había escuchado en mucho tiempo.

—¿Laura, qué haces aquí? —preguntó Alonso separándose de mi.

¿Es enserio? Esto es tan cliché.

Tomé a Alonso del brazo y lo hice entrar a la casa. Hablaría con esa tipa sin él.

—¿Qué quieres? —le dije cortante.

—Todavía no entiendo cómo es que se fijó en ti si me tiene a mi —me dijo con su chillona e irritante voz.

—Si vas a hablar, hazlo bien. No creo que a Alonso le guste la voz de retrasada mental, con cuerpo relleno de plástico y con falta de atención —su mano se alzó con intención de golpearme—. Recuerda la última vez muñequita. Aquí no tendré compasión de nadie. Así que te largas en este instante o te romperé la nariz para que tengas otra cirugía porque la que te pusieron está del asco.

La empuje haciendo que se cayera en el pavimento y cerré la puerta de un portazo.

—Vicky... —me llamó un asustado Alonso

—Sólo dime ¿por qué siempre sale una chica estereotipo de zorra a arruinar una relación? Me siento más en novela en wattpad que en la vida real.

—¿Qué es wattpad? —preguntó confundido.

—Emm... después te explico.

Alonso me miró aún confundido— ¿todo bien, te noté algo rara?

—Sí, sí, sólo algo irritada nada más. ¿Quieres hacer algo o te irás?

—Vicky, soy tu novio, puedes confiar en mi. ¿Qué tienes?

Di un gran suspiro— escuché a los chicos hablar sobre nosotros, dijeron que lo más probable es que terminemos porque no tendremos nada de tiempo y...

No pude continuar ya que sentí una presión sobre mis labios. Seguí el lento beso de Alonso.

—Todo estará perfectamente bien ¿sí? ─dijo en cuanto nos separamos.

—Te quiero Alón.

—¿Aunque casi le demos un infarto a tu papá por bromear de que estás embarazada?

—Eso fue el capítulo anterior y sabes lo que opiné de eso. Lo peor fue que le seguiste el juego a mi prima.

Se rio entre dientes— todavía me duele ese golpe. Me lo pagarás eh.

Se acercó a mi, me tomó de la cintura y me besó. Sus labios eran tan suaves y su aliento siempre me sabía a menta. Poco a poco el beso se hizo más profundo. Sus manos  se metieron por debajo de mi blusa. Nuestras respiraciones se agitaron y tuvimos que separarnos por falta de aire.

Tomé sus manos y fuimos a mi cuarto. Cerré con seguro y Alonso volvió a besarme.

Sus labios besaban y mordían mi cuello. Me cargó y después me dejó caer sobre mi cama. Me quitó la blusa y me contempló.

Me sonrojé ya que no me gustaba que vieran la cicatriz.

—Eres tan hermosa ─dijo con su dulce y suave voz.

Acariciaba donde estaba la cicatriz haciendo que me estremeciera. Sus labios besaban cada centímetro de mi piel desnuda.

—Te amo Alonso.

—Yo también te amo —y nos fundimos en otro beso.

Las estrellas fueron testigos de nuestro amor esa noche.

La Chica del Ukelele (A.V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora