La Chica del Ukelele (A.V)

Paparazzis molestos

—Victoria, tienes que ver esto —me llamó María en cuanto entré a la cafetería de la escuela.

—¿Qué pasa? —me acerqué a ella.

Me extendió su celular y vi varias fotografías de mi con los chicos o con Alonso, también había cuando nos besamos.

—Las fotos las tomaron grupos de coders y también paparazzis.

En twitter y en instagram había muchos comentarios de "¿Quién es ella?" "¿Alonso cómo pudo fijarse ella?" "Hacen bonita pareja" "Ella sólo lo quiere por su fama" "Se ven que se quieren" "¿Cuándo la boda?"

El último me dio gracia.

—¿No te preocupa? Como la mitad te odian.

—Es normal que digan cosas feas como lindas. Normalmente unos son a favor, otros en contra y a los demás les vale —le conteste sin importancia.

Pero en realidad sí me preocupaba un poco. Me han seguido varias veces y una vez vi a unas chicas muy sospechosas afuera de mi casa.

Bueno... no tengo nada que esconder y no soy famosa. Mi vida es normal y aburrida.

No creo que cambie... ¿verdad?

No sé si decir que el miércoles es buen día porque es mitad de semana o es mal día por ser mitad de semana.

Mmm... Creo que el perro de ese sujeto desaparecerá. Está muy bonito. ¿Y si robo ese gato de ahí? Oh... esperen, el perro se lo comió. Mmm... mejor olvídenlo.

—¡Victoria! ¿Qué acabo de decir? —me preguntó una muy enojada profesora de Filosofía.

—Algo sobre el examen final —contesté sin mirarla.

—¡A la dirección! ¡Ahora! —su rostro era rojo por la ira.

Me levanté del asiento con mis cosas y salí de ahí, escuché unas risillas de parte de unas compañeras. Fui a la dirección y esperé afuera de la oficina. La puerta se abrió y me miró una confundida directora.

—¿Victoria? ¿Por qué estás aquí?, es hora de clase ─hizo una pausa pequeña y cambió un poco su semblante─ No me digas que hiciste explotar el laboratorio otra vez.

—Hoy no tengo Química, me mandó la filósofa—le contesté mientras entraba.

—Déjame adivinar, hablaba sobre su aburrida vida, miraste hacia la ventana, te regañó y te mandó aquí.

—Usted es sabia —le dije con una sonrisa y ella me la devolvió.

—Ya te puedes ir. Hablaré con la profesora más tarde.

Salí de la oficina y fui a la salida. La última clase del día y no tengo nada que hacer mas que llegar a mi hermosa casa a comer y dormir.

Pero mi plan no se iba a realizar ya que un gran número de personas estaban afuera y en cuanto me vieron empezaron a hacer preguntas y tomar fotos. Parecían zombies al tratar de entrar mientras los guardias se lo impedían.

Me asusté al verlos. ¿Qué pasa aquí?

Me fui de ahí con dirección a la salida del estacionamiento. Ahí no habría gente o eso pensé.

—¿Desde cuándo conoce a Alonso Villalpando?

—¿Por qué no le han dicho a las coders sobre su noviazgo?

Me bombardearon de preguntas. Yo sólo caminé empujando un poco a las personas. Caminé más rápido cuando empezaron a seguirme. El camión estaba justo en la parada hice la señal y corrí hacia él.

Llegué a mi casa agitada. Por las dudas al bajar del camión corrí las tres cuadras que faltaban para estar a salvo.

—¿Qué pasó hija? —me preguntó papá atrás de mi. Pegué un pequeño salto.

—Nada papá. ¿Qué hay de comer? —le dije con una sonrisa algo forzada.

—Victoria, sé que no soy como tu madre pero puedes confiar en mi —me miró fijamente—. Tus hermanos me dijeron que has venido con un chico. ¿Tuviste problemas con él?

—No, no es eso —bueno... pensándolo bien, sí pero indirectamente—. Él es lindo, te lo aseguro.

—No quiero que salgas lastimada como con el otro —dijo con tono suave—. Ahora pon esa linda sonrisa y vente a comer. Hice pastel de carne, tu favorito.

Después de comer y darme una buena ducha María me mandó varias capturas de pantalla de páginas de internet donde salían fotos de mí en la escuela y corriendo hacia el camión.

Con la pequeña plática que tuve con papá, ahora me lo pienso. Alonso no sería capaz de jugar conmigo... ¿o sí?

Y como si mis pensamientos lo invocaran, me llegó un mensaje de él.

Mi Oxi ❣
"Tenemos que hablar" ✔✔4:51