Antepenúltimo capítulo
Pasó una semana, mi padre está en casa, no tenía caso que se quedara en el hospital. Los chicos de la banda me han visitado pero no los he querido ver, los fans se enteraron y han puestos muchos mensajes de apoyo, y en cuanto Alonso, no lo he visto, sólo mensajeamos.
—Tori, ya falta poco para navidad. Por favor arréglate —dijo Nicandro detrás de la puerta.
—Ok —le contesté sin ganas.
Me levanté de mi cama. Estaba hecha un asco, mi cabello estaba seco y enredado, tenía unas ojeras enormes y mi piel estaba muy pálida. Se notaba que había perdido peso.
Fui a darme un baño, ya lo necesitaba con urgencia.
Escogí un vestido color vino, unas medias y mis botas negras. Me puse corrector en las ojeras para tratar de disimularlas y un poco de rubor para darle color a mi cara. Tomé un abrigo y salí de mi cuarto.
Me encontré con mis hermanos enfundados con trajes.
—Falta tu cabello —dijo Manuel.
Me tomaron de los brazos y entramos nuevamente a mi cuarto.
—Ya déjenme —me quejé cuando Nicandro sacó mi secadora.
—Ahora te aguantas Toribia.
Mis hermanos desenredaron mi cabello y lo alisaron con la secadora. También Nicandro me maquilló.
—¿Por qué sabes maquillar mejor que uno?
—Fabiola me dijo que te gustaría. Me enseñó algunas cosas.
Al fin salimos de mi cuarto y bajamos. Ahí se encontraba Alonso, también con traje.
Caminé hacia él y lo abracé. Verlo me animó mucho.
—Te extrañé cariño —me dijo al oído.
—No serías nada sin mis mensadas —le dije y deposité un corto beso en sus labios.
—Sabía que funcionaría. Me debes 100 —dijo Carlos en un susurro hacia Nicandro.
Mis hermanos habían cocinado un deliciosa cena. Servimos los cinco platos y fuimos a la habitación de mi padre.
—Campeones, feliz nochebuena casi navidad —dijo con una sonrisa débil cuando entramos—. También para ti Alonso.
Pasamos la navidad en la habitación. Fue algo extraño. Pero tenía la compañía de mis hermanos, de mi papá y de mi novio. Los cuatro hombres que más quiero en el mundo.
Dejamos descansar a mi papá, salimos de su habitación y bajamos al living. Mis hermanos irían a una fiesta con sus amigos.
—¿Está bien que vayamos a mi casa? —me dijo Alonso cuando abría la puerta de la casa.
—Supongo que es mejor.
Subimos al auto. Alonso sacó un disco. Imagine Dragons.
—¡Súbele a esa! —dije casi gritando— So this is what you meant when you said that you were spent.
—And now it's time to build from the bottom of the pit right to the top —siguió cantando.
—¡Oh por Dios! ¡Te la sabes!
Seguimos cantando y cantando todas las canciones. Mis ánimos habían subido bastante. Llegamos después de unos minutos y empezó a caer una ligera llovizna haciendo que se sintiera más frío.
Llegamos a nuestro destino. La casa lucía diferente por las luces. Se podía escuchar las risas.
—¡Victoria! —gritó Braulio en cuanto me vio entrar al gran comedor.
Saludé a todos, estaban los tíos, primos y hasta los abuelos. Bueno... al menos no estoy en pijama. También estaban los chicos que me alegraron aun más la noche.
Así pasé navidad, con la alegre familia de Alonso. Mensajes de los fans que me deseaba lo mejor y como me encontraba de buen humor decidí seguir a algunos. Y bromas por doquier.
Y la mejor parte de todas es que al abrir los regalos. Se contagiaba la emoción, era como si todas aquellas personas me encapsularan en una burbuja de felicidad, pero sabía que esa burbuja se rompería en cuanto llegara a casa.
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La Chica del Ukelele (A.V)
FanfictionVictoria Cervantes es una chica de 18 años, cursa el último año de preparatoria. Es alguien ruda, bromista y atrevida; pero también es risueña, alegre y talentosa. A pesar de no ser la típica chica adolescente es querida por sus amigos, atrae la mir...