Nunca nos llamamos "amor"

¿Fue sueño o realidad?

¿Alguna vez han sentido ese cosquilleo en el estomago cuando ves a alguien? Muchos nos preguntamos la primera vez: ¿Qué es eso? ¿Qué me pasa? ¿Estoy mal? ¿Es parte de mi adolescencia? La respuesta es No.
Toda persona en la vida, y especialmente en la madurez, debe comprender que todo lo que nos pasa, ocurre por algo.
Esto es lo que debía comprender Jason en su camino amoroso. Jason era un chico de 13 años con una vida normal, era atento en las situaciones que se les presentaba, siempre intentaba ayudar a las personas pase lo que pase, era el tipo de persona que se preocupaba por otros. Y lo que más disfrutaba, era alegrar a la gente.
La historia empieza  cuando él entró a estudiar a la Secundaria High, lugar donde empezaría su camino. Todos han sentido miedo el primer día de clases. Existen personas que les cuesta decidir si llevar un block, o llevar todos los cuadernos, incluso hay personas que no llevan nada, como es el caso de nuestro amigo.
Es así que Jason llegó al colegio  con un aire de nervios y de temblor. Entró a un salón que le tocó los primeros días ya que después tendría que rendir un examen de clasificación. Estuvo dos semanas allí, él lo recordaba muy bien, en ese trance de tiempo conoció infinidades de amigos con diferentes personalidades y gustos cada uno: algunos estudiosos, otros sociables, otros asociables, y en ningún salón podía faltar el hablador, así que también había.

Fue explorando así su nuevo colegio, vislumbró las carpetas, la calidad de los baños, observó la nueva cafetería y se percató que poseía el doble de tamaño que la de su anterior colegio.
Ocurrió inesperadamente, en ese pequeño trance de dos semanas, la vio a ella: la de ojos relucientes, la más hermosa del salón, la que a primera vista, a Jason  le pareció un ángel. La chica que con mirarla tan solo una vez, conquistó su corazón instantáneamente haciéndolo latir rápidamente por ella. Era una chica bella, no cabía duda. Poseía una estatura perfecta, su cara estaba rodeada por pequeños mechones lacios que la hacían  lucir como una niña inocente, no obstante, al bajar la vista, quedabas atrapado en  esa penetrante mirada que mostraban esos hermosos ojos negros, incomparables incluso con las gemas más preciosas del mundo. Y Jason no era la excepción a ese encanto.
Desde ese día, Jason no podía dejar de pensar en ella, y fueron tantos los deseos de él por tenerla cerca que  comenzó a soñar con ella.

Cada día él se esforzaba en hablarle, en serio lo hacía; sin embargo, las palabras  que más lo caracterizaban al permanecer junto a ella era la timidez, la falta de valentía y el descontrol de los nervios. Lamentablemente, él no podía luchar contra todo eso.
La lucha constante de Jason continuó hasta que llegó el día de la reagrupación de salones. Se despidió de todos, debería de haber sido feliz, pero no lo era. Él solo quería una despedida de una persona en particular  y dolía porque no pudo hacerlo.

Ese dia, sus mundos se separaron. Ella, una chica muy inteligente, fue al salón avanzado; y él, un chico con calificaciones promedias, a un salón intermedio. Realmente el destino no los quería juntos.

Pasaba el tiempo y Jason todavía ansiaba hablarle, era su único objetivo, sin embargo, por pertenecer a salones diferentes y estar demasiado alejados, lo vio imposible hacerlo. Así que, Jason consideró hacer más amigos en su nuevo salón y tratar de quitársela de la cabeza. Días después conoció a Bruno, un amigo hablador y muy desenvuelto al expresarse, una persona que fue capaz de crear confianza con Jason  hasta tal extremo que él decidió contarle sobre la chica que había visto y de la que estaba perdidamente enamorado.

- Apenas la vi, y conquistó mi corazón de inmediato.- indicó Jason
- Amigo, no creo que ella se fije en ti. Es imposible. Olvídala antes de que sea demasiado tarde - contestó Bruno con preocupación.

Después de esta pequeña charla, Jason no tuvo más alternativa que hacer lo que había recomendado Bruno, olvidarla y pensar solamente que ella fue un agridulce sueño.