Un mensaje le había arruinado la vida, ese mensaje le había roto el corazón.
Su sonrisa desapareció inmediatamente como si fuera humo. ¿Por qué ella le tendría que enviarle eso a él? ¿Qué había hecho para merecerse eso?
Al visualizar el mensaje, los ojos de Jason se llenaron de lágrimas. Era tanta la impotencia de Jason que arrojó su celular a la nada. No podía seguir viendo su celular.
Tal mensaje le había dado insomnio y la posible muerte de su celular. Lloró toda la madrugada...—Hijo... levántate a desayunar. Ya es hora de levantarse. — dijo la mamá de Jason.
— ¿Puedes guardarlo para dentro de una rato mamá? Sigo agotado. — soltó con una voz débil.
No quería levantar la cabeza. Su rostro y su almohada estaban lleno de lágrimas. No podía dejar que su madre vea eso.
Al levantarse, fue a lavarse la cara y, al volver a la habitación, encontró su celular intacto dentro del cesto de ropa. Era un milagro que haya resistido tal impacto.
No quiso prenderlo. Sabía que Gwen le había dejado más mensajes. Es así que comenzó a odiarla.
—Hijo, ¿cómo te fue en tu fiesta de anoche? ¿Pasó algo interesante? — preguntó el papá de Jason.
—Nada interesante papá. Nada de alegría.
— ¿Nada? Pero recuerdo que llegaste con una sonrisa a casa. — dijo contradiciéndolo.
—Me acordé de un chiste es todo.
Tal fin de semana fueron sus peores días. No quería que fuera lunes ya que eso implicaría fingir estar feliz e implicaría verle la cara a Gwen después de lo ocurrido. No podía hacer nada contra todo eso.
Al siguiente día tuvo que asistir. No había de otra.
Entrando al salón, Jason no cruzó miradas con nadie, tenía los ojos mirando a la nada. Personas lo saludaban y él los ignoraba. No le hacía caso a nadie. Hasta que apareció Melanie.
—Jase... ¿tienes algo? ¿Estás bien? Durante los diez años que te conozco, jamás te he visto así. — dijo la voz dulce de Melanie.
No pudo evitar no ignorarla.—...no tengo nada.
— No mientas. Recuerda que yo sé cuándo mientes y cuándo no. Ya dime qué tienes.
— ¿No te has enterado? ¿Ella no les dijo lo que me mandó? — respondió molesto.
— ¿Quién? ¿Gwen?
—Sí. Al parecer no les dijo que me mandó una foto de su confesión de amor con otra persona.
— ¡¿Qué?! Cómo pudo hacer eso. No te creo nada.
—Ve y pregúntale tú misma si gustas. No pierdes nada haciéndolo. — esta fue la última palabra de Jason en ese momento antes de recostarse en su carpeta.
— Eso haré.
Sus amigos no sabían nada de lo que pasó. No sabían el estado de Jason, simplemente creían que estaba con sueño. Hasta que Steve le entró la curiosidad.
—Oye. ¿Qué te pasa? De seguro te has amanecido haciendo la tarea. — dijo Steve dándole una palmada en la espalda.
—No tengo nada. Simplemente estoy decaído.
—Debo decirte algo. Pero promete que no te vas a poner más triste. Creo que es mejor que lo sepas lo más antes posible.
— ¿Sobre qué es? — dijo luego de alzar su cabeza.
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Nunca nos llamamos "amor"
Любовные романыJason es inteligente, amable y sobretodo de buen corazón. Jason conoce una chica y se enamora perdidamente de ella. Él se siente feliz al estar junto a ella aunque ella no lo quiere, pero ¿Cuánto tiempo podrá soportarlo?