"Como la extraño, días viéndola sin cesar, días presenciando su encanto, días escuchando su voz, días sin demostrarle mi amor"
Jason despertaba cada día sin ganas. Con los ojos rojos se levantaba de su cama a intentar alistarse para ir a su escuela. Para él, ya no había motivo alguno para volver.
Su madre le decía que se lave la cara, pero ella no sospechaba que su hijo lloraba de vez en cuando durante las noches como un niño.
Bueno, aún lo era.
Al terminar su desayuno, fue rumbo a tomar el autobús y dirigirse al colegio.— ¿Qué puedo hacer...?, no sé qué puedo hacer...— se repetía a sí mismo mientras iba parado en el autobús. Siempre estaba amontonado de gente.
No podía lograr ser positivo. Era imposible buscar una solución para esto.
—Disculpa hijo. —dijo una voz gruesa. Era un señor sentado al frente de él, al parecer, un hombre de una iglesia.
— ¿Si?, ¿qué se le ofrece?
Estaba un poco nervioso, no debía hablar con personas desconocidas, menos con quienes le iniciaban la conversación. A pesar de su temor, notó sus buenas intenciones.
—No pude evitar escuchar las penas que decías en voz baja, y pues quise decirte que sea la decisión que tomes, aquella la debes tomar con el corazón. Después de todo, Dios siempre te apoyará. Simplemente nunca te rindas. — dijo aquel señor, que al decir estas palabras se levantó de su asiento y bajó en su paradero.
No tuvo la oportunidad de decirle gracias, esperaba volver a verlo alguna otra vez.
Ya al llegar a su paradero, optó por caminar unas cuadras. Vio como las nubes dominaban el cielo, sabía que iba a llover pronto: tuvo que apresurar el paso.
—Hola Jason, ¿qué haces por aquí?— era Paul quien le daba una palmada en la espalda. Jason recordó que siempre que bajaba en su paradero, veía a lo lejos llegar a Paul.
—Pues quise caminar un poco antes de llegar al colegio, es todo.— Jason trató de cambiar de ánimo para que nadie notara su tristeza.
—Oh... oye y qué pasó con lo de Gwen y tú. Hay personas hablando de ese tema en el salón de clases. ¿Terminaron?—Nunca estuvimos... solamente estábamos en planes. — el estado de ánimo de Jason cambió repentinamente. La tristeza lo invadió por completo nuevamente.
— ¿Y terminaron esos planes por culpa de quién?— hizo su última pregunta Paul.
—Pues... creo que por los dos. No funcionábamos. —Jason no quería hacer quedar mal a Gwen, no podía decirle a nadie que ella jugó con sus sentimientos y se enamoró de otro chico.
—Ya veo. Entonces piensa en otra cosa, olvídala. Si no lo haces esos recuerdos te harán la vida imposible y no tendrás una vida normal. Bueno ya es hora de entrar, nos vemos luego...— dijo Paul al dirigirse a la cafetería del colegio.
...
Ya en clase, lo único en que podía pensar era prestar atención al profesor. Solo así podía dejar de merodear en el asunto. Veía como los profesores mostraban sus técnicas de enseñanza, veía como los demás chicos se reían sigilosamente, veía como todos salían al recreo, veía como ella se reía sin él en el otro extremo del salón...
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Nunca nos llamamos "amor"
RomanceJason es inteligente, amable y sobretodo de buen corazón. Jason conoce una chica y se enamora perdidamente de ella. Él se siente feliz al estar junto a ella aunque ella no lo quiere, pero ¿Cuánto tiempo podrá soportarlo?