Tras un rato conversando con Elisabeth, intentaron que entendiese la situación (algo que ya era difícil para alguien con una considerada inteligencia. Imaginaos Eli...). Finalmente, aunque parezca poco creíble, esta acabó asimilando la condición de Joshua, lo que había pasado, Louis, la tienda...
Se sentó en el sofá del salón con una exagerada postura de cansancio.
-Y pensar que esto a pasado realmente...- miró a Joshua- ¿Que eres exactamente?
Joshua sonrió levemente.
-A decir verdad, no se que soy ahora. Se supone que soy un humano, pero... soy inmortal.-¡Eso es genial! -exclamó Elisabeth- Pero... ¿Y si te disparan? ¿Sobrevivirias igual?
-Claro.
-Vaya, es algo difícil de comprender... ¡Te envidio mucho, que suerte...!
La cara de Joshua se volvió algo frívola.
-No creas. Nada en el mundo, ni siquiera la inmortalidad, me podría compensar el infierno que me ha hecho pasar ese demonio. Nada.Elisabeth comprendió que debía callar.
Después de un largo e incomodo silencio, asomó la cabeza de Eternia tras la puerta del pasillo.
-¡Joshi! - se dirigió a él, brincando- ¡Tengo tu habitación preparada! ¿Quieres verla?
-¡¿Habitación?!- Elisabeth y Mr.Erebus exclamaron a la vez.
- Claro. ¿Donde piensas que vas a vivir aquí en adelante? Ya no tienes a donde ir...
-Pero puedo vivir en la tienda todavía... Creo que la trastienda no está del todo destruida...
-¡Esta en muy malas condiciones!
- Eso da igual... Además, es solo visible para nosotros dos. Los demás, no pueden verlo, pues aparte de Louis, somos los únicos que podemos ver la tienda. La gente normal y corriente ni puede acceder a el callejón que da a la tienda...-Joshua... -Hizo un infantil puchero. Mr.Erebus sonrió. Se la veía tan mona...
-No creo que a tu tía le parezca correcto...- intentó buscar excusas.
-¡No, no importa!- saltó Eli- Eres bienvenido. Se que puedes cuidar bien de mi sobrina.
Joshua suspiró. No es que no quisiera estar con Eternia (es más, es lo que más deseaba en el mundo en aquellos momentos) pero se sentía algo... incomodo.
La habitación estaba en la planta de abajo. Había sido cuidadosamente preparada: Había una cama, un armario, y una estantería con algunos libros. Joshua se acercó y cogió uno, aleatoriamente. Ojeó varias páginas. Siempre había querido leer. Quizás sería su oportunidad...
-Joshua, en breve cenaremos- apareció Elisabeth, desconcentrándolo.
-Sí, descuida, ahora voy.
Cerró el libro y salió de la habitación.
La verdad, fué una velada muy gratificante para aquella "familia". Comieron una gran cena variada, y conversaban todos muy alegremente. Mr.Erebus se sentía como nunca. No recordaba esa sensación que tenía ahora... se llamaba... ¿felicidad?
Tras acabar, todos fueron a sus respectivas habitaciones, pues se hizo bastante tarde.
Joshua se quitó su sombrero, su chaqueta, y sus botas y se tumbó en la cama a plomo. Estuvo un rato mirando al techo. Era un nuevo comienzo. Era como si volviera a nacer. Se había alejado de su hogar, de su amo, de su trabajo... de todo lo que conocía desde siempre... solo por ella. Ella, su salvadora. En su mente apareció la cara de Eternia.Sonrió. Después, la de Louis. Era curioso, los únicos recuerdos que tenía de Louis eran siempre de cuando le gritaba.
Y así estuvo el joven, pensando y pensando sobre todo lo que había pasado en su vida. ¿Sabéis en esos momentos en los que os ponéis a reflexionar demasiado, y llegáis al punto de deprimiros? Pues bien, eso le paso a Mr.Erebus. Pensó en Louis. Era muy posible que volviera al mundo mortal. Y no para mandar saludos.
💀Siento mucho mi inactividad🙏🙏
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La tienda de las muñecas rotas
Misterio / SuspensoSiglo XIX. Eternia, una chica de 14 años, es trasladada a una curiosa ciudad, Crystal Ring. Ella es huérfana, así que vive con su despreocupada tía, Elisabeth. A Eternia le gusta leer, dibujar y escribir, cosa que su tía desaprueba totalmente, pues...