25. Mr.Erebus

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Eternia forzó una sonrisa.
-No, no se han roto. - dijo ella.
-¿Entonces que pasa?
-Que eres un ser espantoso que las ha retenido aquí durante años. Las engañaste.
-Sí, tienes razón... Que cosas...- dijo, riendo.
-¿Mr.Erebus también es un alma retenida?

Louis reflexionó.
-Hum... No exactamente... el fué por voluntad.
-¿¡Voluntad?! ¿¡Acaso crees que te voy a creer?!
-Eternia, el dice la verdad...- dijo Joshua, con todas sus fuerzas. Estaba tan débil que cayó al suelo de nuevo.
-¡Joshua!- dijo Eternia, acercándose a su amigo.

Louis la detuvo.
-¿No te han dicho que es de mala educación no prestar atención cuando te hablan?- dijo el, con una sonrisa pícara.- Dejame al menos terminar.

Eternia asintió.
-Veamos, por donde íba... ¡Ah, si! Mi pequeño Joshua. Bien...
》Una frío noche de invierno, alguien picó a mi tienda desesperadamente. Me pareció extraño, pues normalmente la gente estaba en sus casas a esas horas. Sin embargo, fuí a abrir,  como si nada.

》En mi puerta, se encontraba un muchacho de hermoso cabello negro, descalzo y congelado. Era bastante más bajito que yo, y demasiado delgado para mi gusto. El no levantó la vista para hablarme.
-Porfavor, déjeme entrar... Mis padres me acaban de abandonar... Tengo frío y no tengo a donde ir...

》Yo me quedé alucinado. ¿Como podía deshacerse de una criatura de ese tipo tan tranquilamente?
-Esta bien pequeño, pero antes debes responderme una pregunta... ¿Porque te abandonaron?
El chico empezó a sollozar un poco.
-Porque... porque dicen que soy hijo del demonio.
-Oh, porfavor, no digas tonte...
El muchacho levantó la vista hacia mi.

》No hay palabras para expresar lo que sentí al ver su cara. Sus ojos dorados chispeaban en la oscura y fría noche.
-Pasa, porfavor - le dije, algo nervioso. Estaba claro que ese chico no era un demonio, simplemente tenía una mutación algo inusual en sus ojos.
El chico pasó dentro.

》Comenzamos a hablar. Me contó todo sobre su vida. El, se llamaba Norman, y tenía dieciséis años. Había pasado el resto de su vida viviendo con su abuela materna, pues ya cuando nació sus padres ya le habían abandonado por primera vez. Hacía unos meses, su abuela falleció y de inmediato lo enviaron con sus padres. Estos, al creer que su hijo había muerto al ser abandonado, dijeron que era una creación demoníaca que venía a hacerles daño, así que al momento lo tiraron al pantano del pueblo. El, le costó salir del agua, pues no sabía nada y estaba helada en un día así, pero finalmente sobrevivió.

》-Eres un muchacho con suerte- le dije.
Era cierto. Podría haber muerto.
-Mira chico, te propongo algo.
-¿El que?
-Me gustaría adoptarte.
Sus radiantes ojos amarillos se iluminaron. No sabes que hermoso espectáculo era ese.
-Pero tendrás algunas condiciones... ¿Estás seguro de asumirlas?
-Por supuesto. ¿Cuales son?
-Dentro de las condiciones entra no explicarlas. Te prometo que en su momento lo sabrás. ¿Sigues queriendo hacer el trato?
-Sí.
-Bien, pues espera un momento. Cierra los ojos.
Norman obedeció.

》Entré en la trastienda. Rápidamente, hice una marioneta a escala de mi niño, pero algo más alto. No soportaba su estatura. Salí de la trastienda con la marioneta en mis brazos y encerré su alma dentro del muñeco. Al principio, el se asustó bastante, pero al igual que hizo el, yo le expliqué quien era y que hacía allí. No tuve que explicárselo más de una vez, asimiló la situación al momento.
-¿Y porque me has metido aquí dentro?- preguntó el.
-Verás, por varios motivos. Para marcar tu renacer. Ya no serás nunca más Norman. De aquí en adelante serás... Joshua Erebus.
-Me gusta- contestó Joshua.
-Vale, ahora viene lo importante... Tu trabajarás para mi. Yo seré tu amo, y tu mi marioneta.
-¿Y que debo hacer, mi amo?
-Sólo tienes que atraer jóvenes doncellas a mi morada. Luego, yo haré el resto. ¿Lo entiendes?
-Sí...
-Pues es eso, nada más. Yo me quedaré en la trastienda, tu lidiarás con ellas.

》Al principio, costó que hiciera bien su trabajo. Cosas del principiante. Pero finalmente, acabó haciéndolo de maravilla. Le enseñé a hacer muñecas. El acabó aprendiendo a como hacer su propia ropa, incluso.Yo estaba encantado con el, y el conmigo. Que tiempos, aquellos...

Pero un día algo cambió. El me dijo que estaba cansado de hacer eso, de tener que soportar cada día la triste cara de esas muñecas. Dijo que quería salir, conocer el mundo, ser libre. Quería voler a sentir como antes, pues ahora no podía llorar, ni oler, ni comer. ¡Que ingenuo!
Yo le recordé que teníamos un trato, y que este solo se podía romper si no era una marioneta. Y yo, obviamente, no lo íba a volver humano.

》El se enfadó mucho conmigo. Como se volvió algo rebelde, diseñé este bastón,  que es básicamente donde están atados todos sus hilos. Así si no me hace caso, puede obedecer... A la fuerza.- Louis sonrió.- Bueno, ¿Qué te ha parecido?

Eternia apretaba los puños y su cara.
-Que eres un sucio monstruo y un demonio.
-Has dado en el clavo, querida.- dijo sonriendo- Salvo en lo de sucio.

La tienda de las muñecas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora