Capítulo 6

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La castaña se quedó mirando aquel anillo que tenía; su metal relucía más que nunca, sus rubíes estaban en un perfecto estado, justo como en el día en el que mató a su principal portador. Suspiró, cepillando su cabello castaño mientras se miraba en aquel espejo. Neji había sido amable con ella al dejarle una habitación de invitados, lo cierto es que se esperaba dormir en el sofá. Cuando se observó a sí misma, le gustó muchísimo lo que vio. Su melena larga; sus ropajes provocativos pero seguros... No cambiaría nada de ella—bueno, le gustaría maquillar las cicatrices—, en cambio, antes sí. Antes de su partida hubiese dado lo que fuera por no parecer un chico.

Lo que ella no sabe es que para Neji jamás fue un chico.



—¿Qué haces ahí parada?—preguntó Hidan, observando cómo su nueva alumna, o más bien, discípula, se miraba en el espejo. Lo que más le intrigó fue que no lo hacía como las demás chicas, si no, de una forma distinta, de una forma apenada.

—Nada. Sólo observaba las cicatrices.

—Eso a ti nunca te importó—declaró algo erróneo. Sí que le importaban, pero no decía nada. Sabía que eso tenía que pasar, si no, ¿cómo esperaba ser fuerte?—Mira, no me lo cuentes. No tengo tiempo.

—No te gusta... trabajar en equipo, ¿verdad?

—Es obvio. Los compañeros no traen más que problemas—aunque por mucho que dijera eso, todos sabemos que en el fondo le tomó un gran aprecio a su excompañero—. Vam-

—¿Me ves guapa?—soltó Tenten, sin ni siquiera pensarlo. Aún era débil, pero, ¿qué diablos? Podía permitírselo; llorar una última vez más—. Me refiero a que... ¿me ves cómo a una chica?

—Hay que ser idiota para no darse cuenta de que eres una chica.

—¿No me ves como un... bueno, como un chico?

—Desde luego que no—volvió a contestar, sin saber que esas palabras eran más importantes de lo que él imaginaba—. ¿Podemos seguir con el entr-

—Dime mis fallos.

—¡No sé de chicas!—gruñó, hartándose de la situación y caminando hacia la castaña. Cuando vio como la chica estaba a punto de derramar una lágrima, no quería problemas ni envolverse en una situación algo incómoda, así que, habló—. Tu pelo.

—¿Qué? ¿Qué le pasa a mi pelo?

—¡No lo sé! Sólo suéltalo, no soy un estilista.

Tenten hizo caso a lo que Hidan dijo; no quería discutir, más cuando sabía que eso era impropio de ella. Bastante era con que su compañero le estuviese ayudando en un tema que... sólo se hablarían con las chicas. Cuando soltó un moño, miró a Hidan, algo sonriente pero a la vez tímida, preguntándole con la mirada si estaba bien.

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Las nuevas enemigas de Konoha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora