Capítulo 22

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El Hyuga tocó varias veces la puerta del sexto, esperanzado a que aquella noche no fuera una excepción, ya que más o menos casi siempre, se las pasaba en vela. Leyendo y releyendo informes para así poder avanzar en su trabajo. Cosa que nunca lo hacía, pero al menos no se atrasaba. Ventajas de ser Hokage.

Cuando este abrió con unas grandes ojeras, vio la expresión asustada de aquel paliducho. Intentó sorprenderse, pero fue imposible. No era desconfianza, pero sabía que con las chicas en aquella aldea, era cuestión de tiempo que algo ocurriese. Y ese algo llegó. Quizás el principio, quizás el final. Ni él ni nadie podía saberlo.

—¿Qué ocurre?—preguntó Kakashi, atento a lo que él tenía que decir, tras abrirle la puerta.

—No lo sé, pero Tenten me dijo que corriera a buscarle. Se vio muy preocupada. Reiko está aquí. Y creo que puede estar tras Sakura.

Los ojos ónix de Kakashi se abrieron como platos. Estaba algo enfurecido y molesto, ¡no quería a aquel idiota en su aldea! Pero, por suerte, no tardó nada en reaccionar. Dejó todo como estaba y comenzó a correr.



—No pienso rendirme, Kakashi-sensei. Debo protegerlos. A Sasuke-kun, a Naruto... ¡No puedo dejar que algo malo les ocurra!

Kakashi sonrió al ver a aquella chica, la cual, recientemente se había cortado el cabello con un kunai. Él no estuvo ahí, pero hubiese dado lo que sea para verlo. O al menos, para protegerla. No solo su cabello estaba corto, si no, que mostraba grandes heridas de batalla.

Quizás no era un mal sensei después de todo, pero oh vamos, podría haberlo hecho mejor.


—¿Qué? ¿Naruto se va?—preguntó la pelirrosa—. ¿Por dos.. años?—en ese momento se entristeció.

No solo era Sasuke, también era Naruto, ¡aunque no debía de pensar en esas cosas malas! Debía de sonreír, pues él estaba entrenando. Así que, no pensaba dejarlo en paz. Ella también se esforzaría con Tsunade, con Kakashi, daría lo mejor de ella. Sudor, lágrimas, más sudor y más lágrimas.

—B-Bueno...—los ojos algo inocentes de aquella niña miraron a su sensei. El color de la esmeralda comenzó a brillar en él, alzó un poco la mirada debido a la altura del Hatake—. Entonces... Nosotros también debemos esforzarnos—aquella seriedad en sus palabras fue increíble.

Kakashi se sintió orgulloso de sus alumnos. A excepción de Sasuke, aunque tampoco se avergonzaba. Él sabía que volvería. ¿Pero cuándo?


Había pasado un año desde que Naruto se fue. Y un año desde que mantuvo una conversación tan larga con Sakura. Sin querer, la había descuidado.

No se esforzó lo suficiente con ella, pues dejó que Tsunade sea la única que la entrenara.

A veces la veía mientras ambos caminaban; aquella chica, ya una adolescente, estaba llena de heridas y de mucha sudor. Aun así sus ojos siempre estaban quietos y centrados en su propia meta.

Muchas veces se arrepentía de aquel "abandono", pero a la vez observaba todo su progreso.

Aun así, no pudo darse cuenta de lo ocurrido hasta más tarde. Él pensaba que lo estaba haciendo bien. ¡Sus alumnos siempre contarían con él, y además, se estaban haciendo fuertes.

Pero la dejó.

No la abandonó, pero la descuidó.

Por dos años.

Las nuevas enemigas de Konoha ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora