Capitulo 7

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Un escalofriante grito femenino me despierta repentinamente. Mi corazón se acelera de inmediato. Salto fuera de la cama y salgo al pasillo. Miro a cada lado del pasillo pero no se escucha nada. De pronto otro grito se escucha a mi espalda, noto el dolor en el. Mi instinto me lanza a él haciéndome caminar en busca del dueño.

Me detengo en seco cuando paso al lado de una puerta y escucho sollozos.

— ¡Para! —Está llorando—. Por favor, para.

Pego la oreja al frio metal de la puerta.

— ¿Por qué William desfragmento la compañía? —es Dominic.

—No lo sé, lo juro.

Un golpe seco suena. Le ha pegado.

— ¡AH! ¿Qué quieres Dominic? —le conoce.

— ¡Quiero que todo sea como antes! Quiero que la puta compañía me pertenezca.

—Sabes que eso no me corresponde.

—Claro que si, son socios.

—Pero yo no tomo esas decisiones.

—Me estas cansando —le vuelve a golpear.

Y por un segundo cometo el error más estúpido de todos. Tropezarme.

—Calla —dice.

Mi cuerpo se congela cuando escucho sus pasos hacia la puerta y la abre.

— ¿Qué haces aquí?

—Sus gritos —señalo a la mujer con la cabeza—. Se escuchan por todos lados —trato de tener un semblante neutral.

—Pasa.

Se hace a un lado, entro y cierra la puerta. Enseguida veo a la mujer, atada a una silla de manos y pies. Lleva la ropa hecha jirones y ni hablar de su cara.

— ¿Quién eres tú? —la mujer es más joven de lo que creí al acercarme.

—Kate, trabajo para Dominic.

—Oh que lindo, Dominic —dice molesta y sarcástica.

—Tú cállate, tus gritos la despertaron, no creo que quieras a otro asesino aquí.

Ella enmudece. Detallo su cara. Llena de moretones, cortes y rasguños, tiene las muñecas moradas al igual que los tobillos.

— ¿Cuánto lleva aquí? —veo a Dominic.

—5 horas.

No siento lastima y creo que eso es lo último que sentiría en situaciones como estas pero hay algo que me incomoda y creo que Dominic lo nota.

— ¿Qué pasa?

—No lo sé...

Camino hacia la mujer, estudiándola. Sus ojos están llenos de miedo y su cuerpo tiembla. Extiendo la mano en dirección a Dominic y él de inmediato me pasa un cuchillo. Lo acerco al mentón de ella y lo elevo haciendo que me mire directo a los ojos.

—No sé de lo que hablaban —miento—. Pero hay algo que no te dice.

— ¿Eso es verdad Vic?

Noto que se estremece casi imperceptible, traga nerviosa y sus pupilas se dilatan.

—Dile –presiono el filo del cuchillo contra su garganta.

—William ha-bia planeado lo de la compañía des-de hace tiempo... Él esperaba que tu padre renun-ciara por las buenas pero cuando no lo hizo... Sa-bes lo que paso...

A Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora