A Bad Girl

Capitulo 44

Bueno mis chiquillos, este es el fin de A Bad Girl, estoy sumamente feliz de haber compartido esta historia con ustedes, fue lo mejor de lo mejor, sobre todo porque lo que escribi era nuevo para mi (rimo y todo) y que les haya gustado fue grandioso. Por supuesto no dejare de escribir (aun me queda El Diario de Iris II) Y aqui entre nos, estoy escribiendo algo nuevo pero eso es todo lo que dire, mas detalles para la proxima. Al que quiera lo invito a dejar su comentario y voto. Besos, disfruten del capitulo.

Todo se mueve en cámara lenta antes mis ojos. Voy saliendo del baño ya con mi brazo vendado y vestida adecuadamente para lo que viene. Mi padre ha obedecido y se encuentra escondido en el sótano con mamá y Emily.

En la sala esta Dominic preparado con las armas—. ¿Estás bien?

—Soy una criminal, estoy de maravilla.

—Esa es mi chica —me besa—. ¿Qué hacemos?

—No se quienes pero acabemos con ellos.

—Así me gusta.

Dominic se queda en la sala y yo voy a la cocina, ahí tengo mejor visión aunque quedo mas descubierta por culpa de las ventanas. Me coloco detrás de la encimera y veo por encima de ella.

— ¡KATE PRESTO Y DOMINIC REED! —Grita alguien a través de un alta voz—. ¡SOY SAMUEL HAMILTON! ¡UN AMIGO QUIERE VERLOS!

— ¡DOMINIC! —grito.

— ¡NO SÉ QUIÉN ES!

Maldita sea ¿Quién es ese idiota y qué quiere?

Al lado del hombre hay tres camionetas y muchos hombres vestidos y armados, esto se pondrá feo.

Poso el cañón del rifle por encima de la encimera pero detrás del frutero—. Voy a disparar.

—Yo igual.

Tiro del gatillo para luego ver como uno y varios hombres van cayendo, enseguida se desata una guerra, todo se convierte en disparos. De las camionetas salen más hombres.

—Que mierda...

Al menos 10 hombres armados con escopetas se acercan a la casa. Corro a tomar los cuchillos de la cocina—. ¡DOMINIC! ¡VAN A ENTRAR! —las municiones del rifle se han atorado.

— ¡DIME ALGO QUE NO SEPA!

— ¡IDIOTA!

— ¡IRÉ ATRÁS!

Un fuerte golpe me hace saber que han irrumpido en la casa. Me escondo detrás de la nevera. Escucho como se mueven. Inhalo profundo y con valentía me abalanzo lanzando cuchillos a mis objetivos.

— ¡AH! —cae uno tras otro con cuchillos en sus pechos.

Uno deja el arma para dirigir su puño hacia mi cara. Lo golpeo con la culata del rifle—. Ni creas que me tocarás.

Patada y otro golpe en su cara lo hacen caer, tomo un cuchillo del que está a su lado y lo clavo en su cuello.

— ¡ALTO! —Dice un hombre detrás de mí—. Levanta las manos.

Levanto las manos pero antes de darme vuelta escucho un disparo y luego algo caer, giro y veo a Dominic—. Gracias.

—Kate, son demasiados.

—No puedo dejar a mi familia aquí.

—Ve por ellos, yo te cubro.

Asiento yendo al sótano—. Soy yo —enseguida la puerta se abre.