Capitulo 23

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Estoy deliciosamente dormida, cubierta por las suaves sabanas de la cama cuando un repentino suspiro y apretón de cintura me despierta. Me remuevo un poco sintiendo la calidez del cuerpo de Dominic pegada a mi espalda. Entonces recuerdo que he pasado la noche en su casa.

Anoche al ver la casa quede asombrada por lo normal y agradable que es, sinceramente esperaba encontrarme con algo tétrico y oscuro pero no, fue todo lo contrario, es un ambiente muy ligero y familiar, supongo que aquí vivía con sus padres.

— ¿Estas despierta? —susurra a mi oído.

—Si... —inhalo profundo y giro quedando de frente a él—. Buenos días.

—Buenos días... —se acerca pegando sus labios a los míos.

Automáticamente mi boca lo recibe. Su lengua se desliza suavemente.

Dios mío... Él es tan raro...

Una de sus manos baja por mi cintura hasta mi trasero, apretando mis nalgas.

—Dominic... —trato de detenerlo.

—Vamos Kate... compláceme...

Con que diga eso ya me tiene por completo. Subo a su torso con las piernas a cada lado. Lo beso muchísimo más excitada que antes. Paseo mis manos por su trabajado pecho y abdomen. Muevo las caderas en circulo sintiendo como su erección se hace presente.

—Mmm –muerde mis labios.

Sin pena alguna bajo sus bóxers y mis bragas.

—Ah... —se le escapa un jadeo cuando tomo su miembro con mis manos.

—Tú lo pediste —sonrío.

—Y me gusta.

Bajo sobre él, introduciéndolo en mí.

—Mmmm... —echo la cabeza hacia atrás.

Me muevo lento, arriba y abajo. Apoyo las manos en su pecho. No puedo negar lo mucho que me gusta esto... sobre todo si es con él... Ya sé que me jodi con el hecho de que me guste pero no me importa y también sé que al final esto no acabara bien pero soy masoquista.

Sus manos sujetan mi trasero atrayéndome a él en cada penetración. Mi cuerpo vibra en cada encuentro, erizándome y excitándome.

Con un rápido movimiento él se coloca encima de mí tomando el mando. Enseguida comienza a moverse a un ritmo constante, rozando su pelvis contra mi entrepierna.

—Aahh... —mi espalda se arquea involuntariamente.

Su boca se posa en mi cuello, besando, lamiendo y mordiendo mientras baja lentamente a mis senos, los cuales saborea plácidamente. Mis manos acarician sus fuertes hombros, delineando cada musculo.

—Eres... deliciosa...

Rodeo su cuerpo con mis piernas, apretándolo más a mí.

La calidez de mi vientre aumenta invadiendo mi abdomen, pecho y cada parte de mi cuerpo. Soy un puto remolino de sensaciones.

***

— ¿Quieres café? —me ofrece Dominic. Los dos estamos en la cocina.

—Sí, por favor.

Ya es pasado el medio día y los dos seguimos en su casa. Es bastante agradable pasar un día "normal" sin estar rodeados de criminales.

— ¿Sabes cuando le darán de alta a Kim? —se sienta a mi lado en el sillón.

A Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora