A Bad Girl

Capitulo 30

Estoy en Bradford de camino a casa de mis padres. Hoy me he levantado a las seis de la mañana, tome un taxi al aeropuerto y pocos minutos después aterrice aquí. Me quedare cuando mucho una semana así que el bolso que me traje debería ser más que suficiente.

Me quedan un par de cuadras por recorrer y en una de ellas hay una floristería, entro y aprovecho a comprar un ramo de rosas y margaritas, a mi mamá y Emily le fascinan las flores, en cambio a mi papá como buen y típico hombre, es fanático de los autos, cosa que yo herede.

Bien, ya tengo flores y unos regalitos. ¿Qué más podría necesitar? Ah sí, suerte.

Llego a la acera de la casa, cruzo el camino que supongo mi mamá ha decorado con flores hasta llegar a la puerta. Toco y espero.

—Kate —dice al verme.

—Hola mami.

Y de la nada me abraza, al principio es extraño pero luego le sigo el rollo y la abrazo.

—Te he extrañado mucho.

—Yo igual.

—Entremos, de seguro estás cansada.

—Solo un poco.

Ya en el interior de la casa, vamos a la sala. Todo sigue igual de cómo lo recuerdo, claro algunas cosas cambiaron como el televisor, los muebles pero el resto está igual.

— ¿Y Emily?

—Llega al medio día del colegio.

—Oh, claro.

—Y tu padre está trabajando.

—Sera día de madre e hija.

—Sí.

—...

— ¿Cómo te ha ido? Hace seis años que no sé nada de ti.

—Pues estoy en la universidad —comencemos con las mentiras.

— ¿Ah sí?

—Sí.

— ¿Qué estudias?

—Por los momentos ninguna carrera en específico, aun no me decido.

—Bueno, eso es mejor que no hacer nada.

—Mucho mejor.

— ¿Trabajas?

—Sí, en una cafetería, gano bien, con eso puedo pagar el apartamento.

— ¿Y cómo haces con la universidad?

—Entre por beca en deportes.

—Wow ¿Qué deporte?

—Lo que aprendí aquí, defensa personal.

—Eso es maravilloso.

—Gracias.

— ¿De cuánto es tu promedio?

—19, antes era de 20 pero me distraje y baje.

—Eso sí es excelente ¿con que te distrajiste?

—Trabajo en la cafetería —en realidad fue una noche en la que un par de tipos intentaron algo conmigo y termine matándolos y eso hizo que me olvidara que al día siguiente tenia examen el cual reprobé.

—Tienes que concentrarte.

—Eso hago.

—Oh bueno, siento que te estoy acribillando con preguntas y no te he ofrecido algo de comer o tomar.