Capitulo 36

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Las suaves cobijas, sabanas y almohadas me rodean por completo. Esto con mucho gusto lo llamaría felicidad. Estiro el brazo y toco la piel de Dominic que sigue más que dormido. Me acerco y planto un beso en su brazo, luego en el omóplato, nuca.

—Esta es una buena manera de despertar... —susurra.

—Lo sé... —planto un beso en sus labios.

— ¿Qué quieres hacer hoy? —gira sobre su espalda.

— ¿Aquí hay piscina?

—Sí.

—Entonces quiero ir a la piscina.

—Bien... ¿Comemos primero?

—Claro, iré a vestirme.

—Pero si así estas bien.

—Sí, claro.

En el sofá hay unas bolsas con ropa. En la primera hay un conjunto muy bonito de ropa interior negra que me queda justa, en la segunda hay un short y camiseta.

— ¿Cómo adivinaste mi talla?

—Magia, por eso tarde.

—Gracias.

—No hay de qué.

Tocan la puerta—. Servicio.

—Wow que puntuales —me asombra.

—Ya era hora, tengo hambre.

—Al menos tapate —muevo la mano.

—Que me vea.

—Dominic —lo regaño.

—Agh... ya voy —sale de la cama en dirección al baño.

Entonces abro la puerta—. Buenos días —dice el mismo hombre de ayer.

—Buenos días.

—Traje algunas tortillas con mermelada, jugo de naranja, fruta, chocolates.

—Maravilloso.

Ríe—. Que lo disfrute.

—Muchas gracias.

Y se va. Tomo el carrito y lo llevo a la mesa, donde me siento y dedico a comer mientras Dominic hace quien sabe que en el baño—. ¡Me lo voy a comer todo si no te apuras!

—Ni se te ocurra, ayer no fue divertido.

—Para mi si, estaba muy buena la comida.

— ¿Qué trajeron hoy? —se acerca.

—Mira tú.

Los dos disfrutamos de un buen desayuno, luego salimos a caminar por el hotel antes de ir a la piscina—. ¿Has recibido noticias de los demás?

—Tres grupos ya se dieron de alta, cumplieron con lo pedido.

— ¿Quiénes quedan?

—El grupo de Hana, Kim, Xi, Zac y Trent.

— ¿Y luego nosotros?

—Sí, Hana me informo que habrá una cena de gala por los 5 años que lleva William como jefe.

— ¿Iremos?

—Planeaba hacerlo y en algún momento donde estemos solos, lo mataré... y acabar con todo de una vez por todas.

Finalmente llegamos a la piscina, Dominic se acuesta en una de las sillas reclinables y yo entro de una al agua. Me gusta nadar pero es un gusto que no me doy ya que el agua de aquí te congela hasta los huesos pero aquí esta tibia.

A Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora