Capitulo 12

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Es temprano por la mañana, el día está fresco y despejado. Dominic nos ha dejado salir a la ciudad algo que nos maravillo a todos apenas lo dijo. Casi de inmediato fuimos por nuestras cosas y salimos.

Yo estoy subiéndome a la moto cuando lo veo a él subir a su auto. Enciendo la moto y arranco en dirección a la ciudad.

Nos separamos ya que no a todos se nos antoja estar juntos. Hago una parada en mi cafetería favorita.

—Kate, tenía tiempo sin verte —dice Lola, la dueña de la cafetería.

—Sí, es que he estado ocupada.

—Te entiendo.

Encantada como siempre, me como dos pedazos de torta de chocolate y tomo una taza de café. Delicioso.

—Se ha encontrado el cuerpo de una chica en su apartamento con múltiples cortadas... —escucho el televisor, me giro y veo la noticia.

"Chica es torturada violentamente en su apartamento"

Suspiro orgullosa de ser la noticia del día.

—Pobre chica —dice Lola.

—Si... —pongo mi mejor cara de lastima.

—Bueno, hay que tener más cuidado con quien entra en tu apartamento...

Sigue hablando pero yo desconecto, en realidad no me importan sus preocupaciones y ese es el problema, la mayoría de las personas solo se quejan o preocupan en vez de hacer las cosas. Como por ejemplo los que se quejan de tener una mala vida pero ¿Qué estás haciendo para hacer tu vida mejor? Ya deja de quejarte y ponte manos a la obra, o lo que se "deprimen" por no tener lo que desean pero ¿Qué estás haciendo para conseguir lo que quieres?

Uno no puede pasar toda la vida lamentándose de las cosas que no logro o no consiguió, se supone que estamos aquí para lograr todas nuestras metas. Ya sé que suena irónico que yo –una criminal—. Lo diga pero es verdad, incluso los "malos" tenemos metas, tal vez incorrectas pero las tenemos eso es mejor que no hacer nada.

Salgo de la cafetería con una bolsa de papel con más torta de chocolate. Camino por el parque disfrutando del canturreo de las golondrinas, la risa de los niños y el sonido del agua de la fuente. Momentos tan perfectos como estos deberían existir para siempre. Tan puros y naturales.

—Parece que estas en otro mundo —aparece Dominic de la nada.

—Comenzaré a pensar que estas obsesionado conmigo.

—De alguna manera si lo estoy.

Niego con una sonrisa.

— ¿Qué es eso? —ira la bolsa.

—Torta, compre más ya que eso que comemos en el almacén no clasifica como comida.

—Ya, estaba pensando en que es hora de cambiar de residencia.

— ¿Ah sí?

—Sí, hemos estado ahí por un mes y pues en algún momento alguien entrara a ver.

— ¿Qué lugar se te ocurre? Porque no quiero vivir en un cementerio.

—No, pensaba en comprar un pequeño edificio.

— ¿Comprar un edificio? —no puedo creer lo que ha dicho.

—Sí.

— ¿Acaso eres millonario o qué?

—Algo asi, tengo el dinero de mi padre.

—Oh... —claro que lo tiene, que idiota.

—Como decía, un pequeño edificio, no más de tres plantas, con sótano y con habitaciones suficientes.

—No sé qué decir, no suelo hablar sobre comprar todo un edificio.

—No es para tanto.

—Si tú lo dices...

—Por lo menos ahí estaremos seguros, más que en un almacén abandonado.

—Cierto.

— ¿Me acompañas a buscar algún edificio?

— ¿Yo? ¿Para qué me quieres?

—Me gustaría saber tu opinión.

—Sabes que te estás involucrando demasiado conmigo ¿no?

—No hace falta que lo digas, ya lo sé.

—Sí que estas mal.

— ¿Vienes o no?

—Está bien pero ¿y mi moto?

—Le diré a Harvey que la lleve al almacén.

—Ok.

Sinceramente no tengo nada mejor que hacer así que acepto. Con su auto nos desplazamos por casi toda la ciudad buscando edificios que estuvieran lo suficientemente apartados de los demás. El primero que conseguimos era en Bexley y estaba al lado del puerto algo que no me agradaba, ya tengo suficiente del olor a pescado podrido.

— ¿No te gusta?

—El olor es asqueroso.

—Bien —se ríe de mí.

Ya en el auto nuevamente, nos vamos al sur, a Sutton, que queda a 44 minutos de United Corp. En él hay un edificio pequeño pero bastante amplio y me agrada porque no estamos en el puerto. Y es mucho mejor que lo que vimos en Bromley o Croydon.

— ¿Qué te parece este?

—Me gusta.

—Entonces este.

—Sí.

Entramos a la oficina de ventas y hablamos con el de bienes raíces, el vendedor nos ofreció una planta pero casi se desmaya cuando Dominic le dijo que quería todo el edificio.

— ¿Quiere alguna cuota de pago?

—No gracias, hare todo el pago de una vez.

El hombre vuelve a palidecer. Admito que verlo así era muy gracioso.

— ¿Para cuándo sería la entrega? —Dominic saca una tarjeta negra mate.

— ¿Para cuándo la quiere?

—Para mañana seria magnifico.

—Hablaré con el supervisor para vaciarla.

—Me parece bien.

Unos minutos después nos despedimos y salimos.

—Casi le causas un infarto a ese hombre —inevitablemente me rio.

—Al parecer no ve gente rica todos los días.

—Pues yo tampoco.

Enciende el auto para retomar el regreso al almacén.
Dos horas después el auto se detiene a un lado del edificio abandonado, cuando entramos me alegra ver mi moto estacionada a un lado.

—Iré a decirle a todos lo del edificio, recoge tus cosas.

—Ok.

Él se dirige al comedor y yo subo las escaleras a mi habitación. Es tonta la cantidad de cosas que poseo aquí así que en menos de 30 minutos todo está en el bolso. Extraño mi apartamento, espero que no se hayan metido ni nada por el estilo porque juro que buscare a esa persona y lo que le hare no será nada lindo.

A la hora de la cena me siento con Hana y Kim quienes me cuentan han estado practicando todo lo que les enseñe. Mañana las veré en el nuevo edificio.

A Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora