Capitulo 25

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Es una hermosa noche. Las estrellas brillan de una manera única, las luces de la ciudad adornan la oscuridad y la tibia sangre de mi victima corre por mis brazos.

Dominic me ha dejado a cargo a uno de los trabajadores de United Corp. básicamente lo único que tenía que hacer era sacarle información pero el muy idiota se negaba una y otra vez, me moleste y termine haciendo cortes sobre su piel. Lo más frustrante es que se desmayo, quitándole emoción al asunto.

— ¡Dominic! —Grito desde el interior de la habitación—. ¡DOMINIC!

— ¿Qué pasa? —entra.

—No puedo trabajar asi, es inútil —señalo el cuerpo del hombre.

—Dale unos cinco minutos.

—Yo no tengo cinco minutos. Quiero a alguien que me dé pelea, no esta basura, me deprime.

—Eres estresante.

— ¿No hay alguien más?

—No.

—Agh —bufo—. Bueno, supongo que terminare con él.

—Sí, anda.

Hago una mueca de desagrado y regreso con la victima que por suerte está despertando.

—Ok, veamos, señor Wilkes, dígame qué rayos pasó con el anterior jefe de United Corporation.

—No sé nada... —balbucea por lo hinchado que tiene el labio.

—Dominic, esto es inútil, realmente no sabe nada —giro de nuevo.

—Mátalo.

—Al fin —digo sarcástica.

Empuño el cuchillo y hago un profundo corte en su cuello, cortando la yugular de donde sale una fuente de sangre. El cuerpo se retuerce en la silla donde está atado.

—AAHH —grita como pendejo.

—Creí que sería más emocionante —digo cuando ya está muerto—. Saldré un rato.

— ¿A dónde vas?

—Por ahí.

— ¿Mataras a alguien?

—Tal vez.

Subo rápidamente a mi habitación para cambiar mi sucia ropa por mi típica vestimenta negra, también agarro una soga, cuchillos limpios y cloroformo. En el pasillo me topo con Kim.

— ¿Adónde vas así vestida?

—Saldré.

—Que poco comunicativa estas.

—Iré a buscar una pobre alma que ronde despistada en la ciudad lista para que yo la mate.

—Así me gusta —sonríe.

—Gracias.

—Que te vaya bien.

Muevo la mano despidiéndome.

Salgo a paso rápido del edificio, dirigiéndome a la ciudad. Como siempre, Londres tiene muchísima vida en la noche y me encanta porque puedo encontrar fácilmente a alguien.

Camino sin rumbo alguno por unos 30 minutos, observando y ciertamente disfrutando del ambiente relajado. Y como por arte de magia ante mis ojos aparece una mujer, que como dije antes, anda despistada viendo cada vitrina de cada tienda. Me acerco como si nada y finjo ver las mismas vitrinas, la sigo sin que ella lo note. Entonces saco el frasco de cloroformo y lo vierto en un pañuelo.

A Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora