capítulo final

12.5K 594 195
                                    

La alama había sonado temprano, como era habitual que lo hiciera, con un poco de trabajo logre abrir los ojos aunque mi cuerpo me pidiera no hacerlo pero al fin de cuentas esa era mi rutina diaria, espero cinco minutos para poder despertar completamente, hoy no tenía ganas de ir al trabajo, el día anterior logre dormirme tarde y me sentía muy cansada, había sido el cumpleaños de Romina y por esa razón estaba feliz, cada día mi niña está más grande y me es imposible sentirme orgullosa de ella.

El sol aún no había salido completamente y me quedaba claro que aún tenía tiempo para hacer algunas cosas antes de ir al trabajo, toque la cama y como siempre no había nadie a mi lado, aún tenía la costumbre de dormir del lado derecho de la cama, así que eso no era novedad.

A pesar de muchos intentos para poder quedarme en la cama ninguno funciono ya que tenía una responsabilidad. Logre levantarme de la cama pero me senté en la orilla de está tratando de recomponerme completamente, el cansancio aún estaba en mi cuerpo y con los ojos cerrados buscaba mis sandalias. A paso lento logre dirigirme al baño para tomar una larga ducha, necesitaba relajar mi cuerpo, una vez que estaba completamente desnuda me adentro a la bañera, tenía la costumbre que recordar todos aquellos momentos que he pasado en mi vida, las cosas buenas que hice y también las malas, adentro mientras sentí el agua en mi piel me permitía llorar, reír o simplemente recordar. Era un gran lugar para pensar todo aquello que me atormentaba. Media hora había pasado alrededor mientras me relajaba por un rato en el día ya que después todo sería estresante para mí, trababa de olvidar y recordar buenos momentos, sin saber porque una pequeña sonrisa apareció en mi rostro, sentía que hoy sería un gran día.

Al salir de la ducha tome mi bata y me percate que al lado de la mía estaba la de Camila, me fue imposible no esconder la pequeña sonrisa que apareció en mi rostro al recordar al amor de mi vida. La tome entre las manos y la pegue a mi rostro, sentía que ella estaba conmigo a cualquier segundo.

Al salir de la ducha me acerque al armario para sacar la ropa que necesitaba hoy, vi como la de Camila estaba al lado de la mía y con cuidado logre sacar la mía, siempre se molestaba si tocaban su ropa y se arrugara, eran pleitos de horas así que decidí ahorrarme esos minutos de discusión. Unos pantalones ajustados y una blusa blanca era lo que llevaba hoy a juego con mi saco, siempre tenía que ir presentable para dar el ejemplo en la empresa.

Antes de bajar al comedor tenía la costumbre de ir todas las mañanas a la recamara de Romina, al recorrerlo con la mirada me percate que todos los juguetes estaban regados por todos lados y sin pensarlo comencé a recogerlos para colocarlos en su lugar, todas las muñecas en el tocador, los peluches en la cabecera de la cama, comencé a doblar su ropa para ir a acomodarla en el armario. Era la costumbre de ir todas las mañanas a arreglar el cuarto de mi pequeña. Después de dejar todo en orden me acosté en la pequeña cama, tome su almohada y me abrace a esta para después cerrar los ojos. Comencé a recordar todos los mementos que he pasado con Romina, la primera vez que la abrace era tan pequeña e indefensa que me prometí cuidarla más que a mi vida, no iba a dejar que nada la lastimara y nos alejara. Las primeras palabras que dijo o sus primeros pasos, para mucho esto pueden resultar insignificante pero para mí eran lágrimas de orgullo, estaba muy orgullosa de tener una hija inteligente capaz de hacer todo.

A pesar del tiempo yo aún sentía el aroma de Romina impregnada en mi piel, aun la sentía conmigo.

Habían pasado once años sin saber nada de Romina, el día en que Camila se la llevo de mí ,esa fue la última vez que la vi, lo que me dolió mas es que ella estaba llorando y yo no podía hacer nada, me sentía impotente ya que no fui capaz de hacerla que se quedara conmigo. Muchos dirán que me veo bien pero ellos no saben el infierno que vivo, simplemente no puedo hacer nada más que llorar todas las noches abrazada a todo lo que le pertenecía a Camila y Romina, me dolía mucho el haberlas perdida y siempre tenía la pequeña esperanza de volverlas a ver pero hasta ahora nunca ha pasado.

Decisión Incorrecta - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora