PROLOGO

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Todas las revistas de chismes, los vídeos de YouTube y los programas de televisión decían que él era insípido, desalmado y mujeriego. Solían mostrarlo como un chico problemático, tonto y grosero. Claro, nunca se dieron el tiempo de conocerlo y los que lo hicieron, decidieron que sería mejor pintarlo como otro estúpido rockstar juvenil. Solo les importaba la creciente fama que él poseía y los rumores jugosos que solían rodearlo todo el tiempo.

Por ello el día en que lo conocí me dije que lo mejor sería mantenerme alejada, porque de lo contrario, la carrera artística (que aún no tenía) se iría por el caño. Y es que me era imposible concebir en mi mente que un chico como él, tan popular, mediático y multimillonario, sintiera un mínimo interés por una chica como yo, sarcástica, insignificante y complicada. Yo no era nadie al lado de las chicas que él conocía. Y además, no quería que nadie tuviera el lujo de llamarme ladrona de fama o lame—suelas. Sin embargo, como dije antes, toda la culpa la tenían los medios.

Entonces fue así como luché contra su simpatía, su encanto y sus buenos tratos, repitiéndome en varias ocasiones que lo mejor era pasarlo de largo. Claro, hasta que él probó ser todo lo contrario a lo que los demás hablaban y yo terminé cediendo, al grado de nombrarlo mi mejor amigo.

Antes de comenzar a leer mi historia, tienen que saber que es probable que esto resulte en un cliché y aun así les hablaré de todo a detalle para que entiendan cómo fue que me atreví a poner a William Strat en la friendzone y cómo fue que él consiguió librarse de mí.

Rockstar en la friendzone | EDITANDO | Angie JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora