Rockstar en la friendzone | EDITANDO | Angie Jack

8. Rockstar idiota.

Me acerqué a William con un paso decidido, estaba dispuesta a enfrentarlo y sabía que era ahora o nunca. No quería enfrentarlo porque me acosara, quería enfrentarlo por su mensaje, porque habíamos sido claros sobre ser solo amigos.

Apenas puse un pie cerca de su cuerpo, varios flashes comenzaron a disparar en mi dirección, no era prensa, eran sus mismos amigos haciendo un escándalo por todo.

Con razón eran sus amigos.

En la cercanía no visualicé a nadie conocido, ningún famoso o miembro de la banda, así que me limité a ignorar a todos por su jueguito de fingir ser paparazzi y me pegué de las costillas de William, halándolo hacia mí.

—¿Qué haces aquí? — traté de no sonar amarga, pero creo que no lo logré.

—He venido a pasar el rato — dijo sin mirarme mientras apretaba con más fuerza a su amiga rubia, quien estaba muy borracha.

—Pues me da gusto saludarte — refunfuñé y no sé por qué me afectó tanto que él siguiera sin mirarme pero que no parara de toquetear a su amiga.

—Lo mismo digo. Ah, dile a Jeff lo mismo — me miró por primera vez y no habló sobre la música, sino en mi oído.

—¿Has estado espiándome? — reclamé.

—No, Cassey, no te espío.

—Bien, tu dile a tu amiga que no se acerca tanto o mañana la tacharán de prostituta en los titulares — solté y me arrepentí en el segundo.

¿Qué ocurría conmigo? ¿Por qué estaba tan insoportable?

—¿Estás mirando de más? — preguntó con su tono burlón que en estas situaciones me sacaba de quicio.

—Se llama estar al pendiente, solo para que mañana no aparezcas en la prensa — dije a prisa.

—A mí no me molesta aparecer en sus falsos rumores en la prensa, pero sí de eso se trata, también me preocupo — lo miré sin entender —. Así que dile a Jeff que tenga cuidado sobre un próximo rumor acerca de ti besándote con él sin compromiso, solo para romperle el corazón.

—No seas infantil, William — gruñí, supuse que estaba pasándose de copas y sin embargo no me molestó enojarme con él, estaba siendo un idiota.

—Créeme, preciosa, solo vas a romper su corazón — me miró como si enserio lo creyera y antes de que me largara lejos agregó —. Se llama estar al pendiente, solo para que mañana no aparezcas en la prensa.

Apresuré el paso con decisión hasta la mesa donde Jeff seguía conversando con sus amigos y me encanté con su forma de que, a pesar de estar en un sitio nocturno de fiesta, él sabía cómo mantenerse en sus cinco sentidos y seguir siendo un perfecto caballero.

Me senté a su lado y él tomó mi mano con dulzura mientras seguía en una interesante conversación acerca de las nuevas bases arquitectónicas que se usaban en las construcciones modernas, como yo era una chica de música, solo escuché.

Estaba incomoda, porque sabía que en otra parte William me observaba, pero decidí no pensar en ello. De ninguna manera arruinaría mi noche por su inmadurez. No, señor.

Pasó alrededor de media hora en la que yo escuchaba, comentaba y asentía o negaba conforme fuera necesario, entonces algo interrumpió la conversación que solo parecía tener más y más tema por comentar.

El teléfono de Jeff sonó.

Se alejó para tomar la llamada y sus amigos y yo solo nos dimos una mirada de confusión, pero ninguno dijo nada.