Capítulo 18

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Su boca sabía muy bien, lo había echado muchísimo de menos. Mi príncipe, mi precioso príncipe. ¿Cómo había podido llegar a dudar de él? ¿Cómo?

Suspiré aliviada y una lágrima de felicidad resbaló por mi rostro al mismo tiempo que sonreía en sus labios. Mis manos se fueron directas a su cara y la acunaron. Acaricié sus mejillas con mis índices para después devolver mis brazos alrededor de su cuello y atraer su pecho contra el mío. Pude sentir el latido de su corazón a través de su camiseta y apuesto a que él también sentía el mío.

Inconscientemente me recosté en el sofá, quedando él sobre mí como solíamos hacer. Después de estar bastante rato besándonos, volví a sentarme y él también. Su brazo pasó por mi espalda y me apoyé en su hombro. Bostecé.

-¿Has dormido algo estos días?- Preguntó.

-Me temo que no.- Suspiré cansada. -¿Y tú?

-No he tenido más remedio. En el hospital me han tenido sedado.

-No debías haber hecho eso, Zayn.

-Pensé que te perdía.

-Te prometo que, por mucho que pienses que me vas a perder, nunca lo harás. Por mucho que te quiera olvidar, no puedo. Siempre te amaré, Zayn.

-Lo sé, tu boca sabe a helado de chocolate.- Dijo riendo y yo también reí. -Te quiero tanto, Claudia.- Susurró. -Tanto...

No recuerdo nada más, ya que quedé profundamente dormida entre sus brazos.

**Tres días después...**

-¡Te digo que son mejores las rosas rosa!- Dijo mi mejor amiga exigente.

-Qué pesada, An.- Respondí divertida.

Llevábamos todo el día discutiendo por cómo serían las flores que irían en el ramo que llevaría en la boda.

-Yo quiero rosas blancas. ¿Acaso pegan las rosa con el vestido blanco?- Dije con obviedad.

-Tú misma, pero lo pienso decir en mi discurso de dama de honor.- Rió levantando las manos.

-Uuuh... Que se le suben los humos a la señorita.- Dijo Harry mientras pulsaba el botón de pausa del mando de la play.

Harry lo soltó sobre la mesa de café y Zayn hizo lo mismo.

Anna y yo estábamos sentadas en la mesa, con dos portátiles y muchas revistas de bodas abiertas, rotas y dobladas.

De pronto noté un cálido aliento en mi oreja que me indicaba que Zayn se encontraba detrás de mí.

-¿Es eso legal?- Susurró en mi oído.

-¿El qué?- Pregunté.

-El estar tan preciosa.

Sonreí tontamente y mis mejillas se inundaron de un color rojizo. Él besó mi mejilla y me rodeó con sus brazos por detrás.

-¿Ya estáis otra vez?- Preguntó Anna levantando una ceja.

-Llevan todo el día susurrándose guarradas. ¡Iros a la cama!- Dijo Harry riendo.

-¡Eh! ¿Quién te dice que son cosas marranas?- Pregunté molesta.

-¿Marranas? Clau, ¿desde cuando dices tú esa palabra?- Dijo Anna riendo como loca, a lo que Harry se unió.

-Necesitáis un buen polvo los dos.- Añadió Zayn y esta vez reímos nosotros dos.

-¡Un cuarteto!- Gritó Harry. Anna lo miró con cara rara y Zayn y yo abrimos los ojos como platos.

-¡Mira que llegas a ser guarro, Styles!- Respondí riendo y Anna le pegó en el brazo.

-¡Auch!- Se quejó. -Oye, por intentarlo...- Volvió a hablar y Anna volvió a pegarle. -¡Eh!

Los tres reíamos y Harry aguantaba su risa. Hacía escasos cinco días había temido no volver a vivir momentos así.

-¿Podemos volver al tema boda, por favor?- Dije en un tono más serio.

-Las rosas blancas te quedan preciosas, ya que hacen contraste con tu piel morena.- Habló Zayn.

-Yo pienso igual.- Dijo Harry levantando la mano.

Todos miramos a Anna esperando su opinión.

-Sois tres contra uno, así que claro, cógelas blancas.- Ella parecía abatida.

Por fin apunté en la lista las rosas blancas. Ahora faltaba lo más importante, la lista de invitados.

-¿Dónde será la boda, Zayn? ¿En Barcelona o aquí?

Eso nunca se me había pasado por la cabeza.

-Bueno, yo ya he tramitado todo para que sea aquí. Si quieres que sea en España, cancelo todo y lo miramos allí.

-No, ya me está bien, amor. Sabes que siempre había soñado con casarme aquí. Ahora hay que pensar cuántas personas queremos que vengan.

Estuvimos toda la noche despiertos haciendo la lista de invitados. Anna y Harry estaban con nosotros, nos ayudaban en todo momento.

Eran las cuatro de la madrugada cuando recibí un mensaje.

Mamá: "A Jazmín ya le ha llegado la hora."

Pegué un bote al leerlo. No podía ser, ahora no.

-¿Qué pasa, princesa?- Preguntó Zayn aturdido.

-Es... Mi hermana. Se ha puesto de parto.

Taken 2: Siempre jóvenes (Zayn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora