Capítulo 29

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Zayn's POV (Narra Zayn)

"Hoy es el día." se repetía mi mente una y otra vez desde que me había levantado.

Jamás en mi vida había estado más nervioso. Jamás. Todos los momentos vividos junto a ella. Buenos y malos. Todos, se venían a mi mente en malditos flashbacks que llenaban espacio de mi memoria que no tenía en ese momento disponible. Por quinta vez llevé mis dedos a mi boca y empecé a morder las uñas de nuevo al mismo tiempo que mi pie golpeaba el brillante suelo de la iglesia.

Miré a mi madre y ella hizo un gesto de desagrado, señalando que dejara mis uñas tranquilas. Haciéndole caso volví a bajar mi mano y miré mi reloj. Claudia debería estar al llegar. Miré a mi lado. Ahí se encontraban Harry, Liam, Anna y María, como los padrinos de la boda. Mi sonrisa nerviosa provocó cierto alboroto en ellos, respondiéndome con otra amable sonrisa.

De repente, la gran puerta de la iglesia se abrió. La música nupcial empezó a sonar y un inevitable cosquilleo recorrió todo mi cuerpo. Me giré hacia la puerta, y allí estaba ella. Mis ojos no pudieron evitar encandilarse al ver a Claudia con ese precioso vestido blanco. El velo, y esa cola tan larga que era llevada torpemente por dos de sus primos pequeños. Poco a poco, se iba acercando agarrada al brazo de su padre. Al llegar a mi lado pude ver lo perfecta que era, y recordé una vez el por qué de estar allí. Definitivamente era ella la indicada.

Los dos nos miramos y le sonreí. Una pequeña lágrima amenazaba con salir de sus ojos. Su padre me susurró al oído.

-Te la cedo, y esta vez es para siempre. Cuídala.

Al escuchar eso, mi corazón dio un vuelco. Ella finalmente sería mía. Como ambos habíamos querido. Y yo suyo. Me entregaría en cuerpo y alma a ella, por y para siempre. Desde el primer día en que la vi estaba deseando que llegase ese momento.

Con manos temblorosas le retiré el velo de la cara echándolo hacia atrás y su sonrisa aún era más brillante.

Ambos miramos al cura y éste empezó a hablar.

-Hoy estamos aquí reunidos, para unir en santo matrimonio a Zayn Javadd Malik Army y Claudia Álvarez de la Rosa.

Mis ojos volvieron a encandilarse y cogí la mano de Claudia, apretándola bajo la mía. Ella me miró sonriente, como era habitual, enseñándome esos hoyuelos que tanto me gustaban.

El Padre siguió con sus correspondientes sermones, hasta que llegó la hora de la verdad.

-Y ahora, la entrega de los anillos.

Al decir eso, Jazmín se levantó con el pequeño Nil en brazos. Éste llevaba un pequeño cojín, en el cuál se encontraban los anillos.

Nil con la ayuda de su madre, entregó el cojín al cura, el cuál lo sostuvo en el aire sonriendo.

-Zayn.- Dijo y el corazón se me aceleró. -¿Prometes amar a Claudia en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte os separe?

La iglesia se quedó en silencio. Era obvia mi respuesta. Por supuesto que lo era. Pero me quedé bloqueado.

Cogí el anillo que llevaba mi nombre y la fecha de la boda, y con la mano temblorosa, agarré la de Claudia. Sus dedos también temblaban mucho, pero como pude, coloqué el anillo.

-Sí, quiero.

Algunos llantos ya se oían por la sala, como era de esperar.

-Y tú Claudia.- Dijo esta vez mirando a ella. -¿Prometes amar a Zayn en la riqueza y la pobreza, la salud y la enfermedad, hasta que la muerte os separe?

Otra vez un silencio incómodo inundó toda la iglesia. Mi corazón se aceleró al ver que sus ojos se llenaban de lágrimas. Ella miró a Niall. Y a Louis. Pude imaginar lo que se estaba pasando por su cabeza en ese instante. ¿Y si dice que no? ¿Y si se arrepiente?

Mis nervios me estaban matando por dentro y ella no respondía. Dos lágrimas resbalaron por su mejilla y devolvió su vista a la mía. Con la mano derecha cogió el anillo, y agarró mi mano. La acarició levemente y colocó el anillo con mucho cuidado.

-Sí, quiero.

Ambos sonreímos y comencé a llorar. Los hombres también lloramos el día de nuestra boda, claro que lo hacemos.

-Entonces, puedes besar a la novia.

Y seguidamente la abracé como nunca al mismo tiempo que mis labios se unían a los suyos dulcemente. Una sonrisa se dibujaba en nuestros labios cada vez que nos separábamos para coger aire. Todos los invitados estaban en pie aplaudiendo. Dirigí la vista a mis padres, los cuales ambos estaban llorando cual cascada del río Nil. Los padres de Claudia también sonreían orgullosos.

Ambos nos separamos y miramos hacia los invitados.

Claudia's POV (Narra Claudia)

Ya estaba todo hecho. Un gran alivio era lo que sentía mi cuerpo desde que había oído el "sí quiero" de Zayn. Salimos de la iglesia y Zayn me alzó en brazos. Todos nos tiraban arroz. Una carroza de caballos nos esperaba para llevarnos al convite.

Una vez en la carroza, los dos nos sentamos.

Ninguno dijo nada. Nos miramos. Nos sonreímos. Pero no dijimos nada. Enamorarse es eso. Enamorarse es llegar a un punto donde estar con esa persona es lo único que necesitas. No hace falta hablar, tan solo notando su presencia estás más que feliz. Sin decir nada Zayn acarició mi mejilla, y lo besé suavemente. No sé si lo había mencionado ya, pero él estaba guapísimo. Acaricié su pelo, el cual estaba peinado en un bonito tupé como era habitual en él. Él respondió sonriendo.

-Peinado de la casa.- Dije mientras una carcajada salía de mis labios.

Él se encogió de hombros.

-Al menos peinarme se me da mejor que hacer muñecos de nieve.

Ambos reímos fuertemente y me senté sobre Zayn. Lo besé de nuevo. Aún no me hacía a la idea de que era mi marido.

-Recuerdas aquel día...- Habló con la vista perdida. -El primer día en París. Cuando entramos al hotel y te llamaron señorita Malik. Desde aquel día supe que quería hacer eso realidad.

Sonreí débilmente mirando su vista, que observaba el infinito.

-Zayn. Jamás habrán palabras suficientes que lleguen a describir todo lo que siento por ti, amor mío. Te amo más que a nada en este mundo. Te amo desde la torre Eiffel hasta la Estatua de la Libertad. Te amo desde aquí hasta el Sol. Simplemente, te amo.

-Eres... Eres tan perfecta, bebé.- Susurró.

Otra débil sonrisa por su parte acompañó a la mía por un instante. Mi mano acarició su nuca, mientras el carruaje seguía emprendiendo camino al restaurante donde se llevaría a cabo la celebración de la boda.

Con los ojos encandilados, miré mi anillo.

-No... No puedo creer esto.- Dije en tono bajo.

-Es todo tan... Increíble.- Añadió él, haciendo que su aliento contrastara con el cristal helado de la ventana.

Agarré su mano y la acaricié, y con ella el anillo.

-No quiero que esto termine nunca. Quiero estar contigo siempre.- Termino, el que ya era mi marido.

-Y lo vamos a estar. Jamás te dejaré. Te amo Zayn.

-Mi padre- continuó. -me ha dicho que... Si vamos a vivir juntos... Podríamos hacerlo en... ¡La nueva casa que nos ha regalado!

-¿¡Qué!?- Dije saltando del asiento.

Tapé mi boca con mis manos. Por si fuera poco, ya teníamos hasta casa juntos. Nuestro futuro estaba asegurado.

Lo abracé muy fuerte y respiré su fragancia. Era la misma de cuando la primera vez en la playa. La misma de cuando la sudadera en París. La misma de cuando me volvió a buscar a casa. Zayn había sido el mismo siempre, y le estaría eternamente agradecida por ello.

Taken 2: Siempre jóvenes (Zayn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora