Capitulo 7

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—No puedo creer que te unieras a su juego.—me reprochó.

—Es divertido.

—Tienes que empezar a comportarte más como...—dejó la frase a medias.

—Por favor, no lo digas.—intervino Adam.

—Como niña.—concluyó mi madre, mirando a mi hermano.—No quiero que por actos como esos te metas en más problemas, hija.

—Mamá, eso pasó hace un año.—me quejé.

—Brittany no lo ha olvidado, Mackenzie.—arqueó ambas cejas.—Y en cuanto a ti.

Giró su mirada hacia Aron.

—Ya tienes veinte años, Aron. Es momento de que te comportes de tu edad.

Él solo asintió.

—Quiero que limpien todo el desorden que hicieron.—miró alrededor.—¿Qué no había un jarrón rojo en esa mesa?

Mierda.

—No...—dijimos los cuatro al unísono.

Negó con la cabeza y sin decir nada más, subió.

—Bueno.—suspiró Adam.—Llamen a su Cenicienta interior y a limpiar todo.

(...)

Después de hora y media, finalmente terminamos. Los cuatro habíamos quedado oficialmente cansados.

Dejé la escoba recargada en la pared y ahogué un bostezo.

—Bueno, ya es tarde y mañana debo limpiar la cafetería a primera hora.

—De acuerdo, que descanses pequeña demonio.—me sonrió Adam.

—Gracias.—le devolví la sonrisa.—Creo que Liam necesita algo de ayuda.

Miró hacia dónde estaba Liam, quien se había quedado dormido en el suelo recogiendo los pedazos regados del jarrón.

—Maldición.—dijo entrecerrando los ojos.—Ahorita lo despierto.

—No te preocupes, Adam.—dijo Aron desde la cocina.—De eso me encargo yo.

Se acercó con un bote de crema pastelera.

—Como sea.—me dirigí hacia las escaleras.

Llegué a mi habitación y cerré la puerta amortiguando las risas de mis hermanos. Me puse el pijama, y caí de espaldas en mi cama.

En poco tiempo me quedé dormida, rezando porque al director le diera amnesia y se olvidara de lo sucedido.

Así no tendría que estar a lado de ese idiota de Nathan.

Mis 3 idiotas y yo© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora