Capitulo 19

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Habíamos avanzado de manera rápida en la fila, y no tardamos mucho en estar en nuestros asientos sintiendo como el juego nos elevaba al cielo.

Aspiré el delicioso aire que acariciaba mis mejillas, el aroma a cítricos y tabaco inundó mi nariz.

Aferré mis manos al tubo de metal que sobresalía del centro y asomé mis ojos a la increíble vista a nuestros pies. Podía ver la montaña rusa subiendo y bajando a gran velocidad, escuchando las diferentes voces que gritaban.

—Bonita vista, ¿eh?—dijo Nate a mis espaldas.

Me giré hacia él con asombro en mi voz.

—Es increíble.

Volví la mirada hacia la vista, divisando a Nueva York enfrente nuestro. Los edificios se alzaban ferozmente y más allá de ellos se hallaba Central Park mostrando sus frondosos árboles.

Me senté, haciendo una pequeña nota mental sobre lo que acababa de ver. Los árboles, los edificios, e incluso el resto del parque de diversiones. Mis pensamientos viajaron, olvidándome de que no me encontraba sola.

Nate me miraba atentamente, lo que provocó mi incomodidad. Sus ojos verdes no paraban de mirarme en ningún momento.

—¡Deja de hacer eso!—exclamé irritada.

Me sonrió divertido.

—¿Hacer qué?

Mi sangre comenzó a hervir, detestaba  la forma en la que siempre me miraba. Haciéndome sentir incómoda y pequeña.

—Deja de verme—hice una pausa y lo señalé—.Así.

—No se de qué hablas—juntó sus manos y las entrelazó con aire arrogante.

—¡Por supuesto que sí!—grité incorporándome y aferrándome al tubo con mis manos—¡Me ves de una manera extraña!

—Tal vez eres tú, la que me mira de manera extraña—comenzó a levantarse.

Apreté los dientes y lo fulminé con la mirada.

—¡Eres un maldito arrogante!—sin haberme dado cuenta me solté del tubo, al mismo tiempo en que el juego empezó a llevarnos hacia abajo. De repente, tuve la sensación de que mis pies dejaban nuestro pequeño espacio. Me tambaleé hacia atrás, sintiendo el vacío a mis espaldas.

Hubiera caído en picada de no ser por una mano que se aferró con fuerza a mi brazo. Nate me jaló bruscamente hasta él, y mi cuerpo quedó contra el suyo. Rodeó mi cintura con sus brazos y penetró sus ojos en los míos.

Estaba tan cerca que podía ver una pequeña cortada que cruzaba su barbilla.

Mi pulso comenzó a acelerarse frenéticamente, y un calor agradable inundó mi ser.

Tragué saliva, esperando a que se apartara. Despegó un brazo de mi cintura, y llevando su mano hasta mi rostro me colocó detrás de la oreja un mechón que se había escapado de mi coleta.

—Estuvo cerca.—susurró.

Finalmente, mi cerebro pareció haber reaccionado ante la situación. Me aparté, tratando de procesar todo.

—Ya se detuvo el juego.—miré hacia la fila de personas que aguardaban por un paseo en la noria.

—Deberíamos irnos.—tosí con discreción.

En ese momento, Nate tomó mi barbilla con sus dedos volviendo mis ojos hasta los de él. Observé como su mirada viajaba hasta mis ojos, y después a mis labios.

Comenzó a acercarse a mi boca. Cerré los ojos lista para sentir su boca contra la mía, pero me aparté bruscamente.

—Nate—inhalé una bocanada de aire, deseando que eso fuera suficiente para deshacer el nudo que sofocaba mis pulmones.—No puedo hacerlo.

Todo eso me recordaba a Derek, la sensación de un calor agradable dentro de mí, mi corazón amenazando con salirse del pecho. Por más que una parte de mí quisiera estar con Nate, no podía. No mientras siguiera teniendo a mi pasado persiguiéndome y amenazando con repetirse.

—Mac.—me llamó, pero no lo miré. Seguía con la vista fija en las demás atracciones.

—Nena, mírame.—tomó mi mano, pero deslicé mis dedos fuera de los suyos.

—Ya pueden bajar.—el encargado del juego me miró impaciente, abriendo la pequeña puerta que cerraba la canastilla.

Bajé de manera precipitada y comencé a correr a toda velocidad donde se supone que esperaría a mis hermanos. La voz grave de Nate me llamaba, pero con cada paso que daba se escuchaba más lejos e incomprensible.

Un nudo se formó en mi garganta, y las lágrimas picaban mis ojos. Fue entonces que decidí mantenerme alejada de Nate, a cualquier costo. Si de algo tenía certeza, era de que estaba jugando con fuego. Tarde o temprano mis hermanos se enterarían y las cosas se volverían fatales.

(...)

—¡Eso estuvo, increíble!—gritó Liam alzando los brazos victorioso.

—Lo que no estuvo increíble fue que Adam vomitara.—rió Aron dándole una palmada en la espalda.

—¡Una vez!—protestó mi hermano mostrando su dedo índice—¡Fue sólo una vez!

—¿Podemos irnos?—pregunté haciéndome oír.

Aron me miró decepcionado.

—¿Por qué?—su mirada me recorrió, armando el rompecabezas en su mente.

—Me ha dado un dolor de estómago.

Llevé mis manos a mi vientre, formando círculos.

—Bien.—suspiró Adam.

Me sentía mal por ellos por arruinarles la diversión. Mis problemas no eran excusas para arrebatarles eso.

—Puedo llamar a mamá para que venga por mí.—llevé mi mano a mi bolsillo del pantalón buscando mi celular. Empecé a marcar el número, cuando Liam me arrebató el aparato.

—De eso ni hablar—presionó el botón de apagado—.Nos iremos todos.






N/A: Hola a todos !! Espero hayan disfrutado de tres capítulos seguidos!! De nuevo, agradezco a cada uno de ustedes por leer, comentar, votar o el sólo hecho de alentarme.

Un abrazo a cada uno de ustedes!!

Hasta el próximo capítulo ;)

Mis 3 idiotas y yo© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora