El cerdito de vidrio

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Dos semanas más tarde de aquella declaración en la terraza, Charlotte y El Fenomenal fueron relegados a un mismo hotel por petición de la familia Flair en los próximos eventos. A pesar de que Vince supervisara que ninguna marca estuviese mezclada, hizo la vista gorda con los dos integrantes de su negocio y dejó que AJ compartiera cuarto con la hija de Ric, a pesar de que le preocupara que la prioridad de ambos trabajadores se centrara en otros ámbitos.

Había sido una semana tortuosa para las dos. Styles se daba cuenta, de a poco, que la rubia no era una persona corriente. Había ciertos comentarios tabú con respecto a la compañía, especialmente luchadoras a las que no se podía nombrar. Tenía una horrible fijación malsana con Bayley, la hugger, ni siquiera podía oírla respirar. Se le crispaban los nervios cada vez que pasaba por su lado, y tenía ligeros amagos cuando la notaba cerca de AJ. Amagos que él nunca había visto en una mujer. No tenía muy claro si le atraía que estuviese tan enganchada a él o simplemente le daba más respeto. Pero el gran problema venía cuando Bayley le dirigía la palabra.

En el quiosco ambulante de chucherías se formó cola. AJ y Charlotte se detuvieron al final de ésta, y mientras el luchador esperaba a que fuese su turno, ella se acercó a ver los sabores.

A sus espaldas dos nuevos visitantes se sumaron a la cola y empezaron a hablar con él.

Bayley: ¡Mira qué mono! Comprando chocolate... ñam.

Styles: ¿Qué tal estás, Bayley?

Bayley: Me muero de hambre... venía a animar a estos dos amargados... siempre con la cara tiesa -dijo abrazando a Zayn con un brazo y a Ambrose con el otro- y tú, ¿qué haces aquí solito?

Styles: Ya veo ya... -murmuró trasladando la mirada al pelirrojo. Desde que su relación con Charlotte se había estrechado no paraba de pensar en todos los consejos y comentarios que él le había hecho acerca de ella; si les veía juntos probablemente sería un peso doloroso- no estoy solo, estoy con la rubia.

Bayley se puso algo más seria.

Bayley: ¿Qué rubia?

Ambrose: Ahí se acerca, qué peligro -dijo cambiando el tono de voz a uno más lúgubre para que se rieran, pero la tensión se mascó demasiado y no surtió efecto. Cuando Charlotte estuvo lo suficientemente cerca para verlos a los tres, dejó la vista puesta algunos segundos de más en Bayley... y tomó la mano de AJ, dándoles la espalda.

Charlotte: Ya nos toca a nosotros, ¿has decidido?

Los tres de atrás guardaron silencio, los tenían justo delante. Resultaba embarazoso ver el comportamiento de Flair, y más vergonzoso aún no saber qué comentar al respecto. De repente, la mujer se aproximó a los labios del moreno y empezó a besarle mientras el vendedor ya iba empaquetando sus pedidos. Entonces la escena se tornó aún más incómoda, especialmente para Bayley y Zayn. Ambrose parecía más entretenido en mirar al infinito. Sami se impacientaba y luchaba por no ver demasiado, pero era como si su cerebro le obligase a mantener los ojos en aquel contacto labial. Se le hizo eterno e infumable. Cuando parecía que por fin se separaban, la luchadora le miró fugazmente, una ráfaga de segundo, antes de susurrar a Styles.

Charlotte: Prepárate, te tengo un postre mejor.

Styles sonrió, pero se sentía incómodo y algo sucio de hacer aquello delante de su compañero. Bajó algunos segundos la vista al suelo y notó dos dedos de ella en el mentón volviendo a erguirle.

Charlotte: Sabes que soy muy niña pequeña para estas cosas...

Styles: Ya veo -dijo en un susurro casi imperceptible- es de inmadura.

Verdugo ( Problemáticos II )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora