La incertidumbre es más dolorosa

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Cinco meses más tarde

Tarifa, Andalucía

No podía sentirse más feliz. Por fin, después de tantísimos altibajos y una repentina desaparición de su novia, encontró a Charlotte con una verdad que lo cambiaba todo: esperaba un hijo de él. No importaba el engaño, los meses de ignorancia. Cuando se enteró de aquello olvidó lo zorra que podía llegar a ser con él y se obligó a centrarse en lo importante. 

Giró la cabeza hacia la luchadora: plácidamente dormida, con su inmaculado rostro sin maquillar. Una loba con piel de cordero, sí. Estaba tan drogado por toda ella que poco le faltaba para considerarla una diosa. Se tumbó más cerca y la fue destapando hasta que vio lo que quería, lo que necesitaba contemplar por segunda vez para creer: su barriga de cinco meses, poco abultada pero notablemente embarazada. Era tan deportista que sus músculos tirantes del abdominal no habían dejado que el embarazo se notara hasta cerca de los tres meses para afirmarlo. Tocó su panza y se mordió el labio... saber que había otra vida ahí dentro lo regocijaba. Que ella hubiera renunciado temporalmente a su éxito laboral por darle esa satisfacción le hacía verla como una increíble mujer.

Se levantó y empezó a hacer el desayuno. Adoraba el piso que Charlotte adquirió. Las vistas eran las más impresionantes de la costa, alegraban la mañana a cualquiera y todo era última tecnología. Cuando hizo las tostadas y preparó algo de zumo, lo colocó en una bandeja y lo dejó en la mesita de noche de Charlotte. Se sacudió las manos y volvió a inclinarse a ella, besándola suavemente en los labios. Hundió los dedos en su cabellera dorada, acariciándola lentamente.

Styles: Nena...

Se movió al sentirle, y poco a poco abrió los ojos. Al ver el desayuno a un lado curvó una sonrisa.

Charlotte: Hola...

Styles: ¿Cómo están mis dos chicas favoritas?

Charlotte: Queriéndote mucho —respondió ampliando su sonrisa. AJ se deleitaba cada vez que la veía sonreír así.


Fin de semana


Ric Flair: Esos caballos estaban todos maleados.

Meghan Flair: No estaban maleados, estabas borracho y desnudo, papá. Jugar al polo así es como jugarlo en otro planeta.

Ric se rio exageradamente, tirando cartas en la mesa de nuevo.

Styles: ¿Qué? —exclamó cabreado al ver la jugada. Lanzó las cartas en la mesa— Siempre pierdo.

Charlotte y su hermana se rieron mirándole, y Ric bebía animadamente de su cerveza.

Ric: Son muchos años jugando al mus. No te cabrees, muchacho.

Saray: Es que mi niño es un poco torpe con los juegos del azar... —la madre de AJ, al igual que su hermana y los tres niños, habían sido invitados a un nuevo PPV celebrado en la zona.

Styles: Calla, mamá.

Patrick miraba desde la lejanía, no le gustaban los juegos de cartas. Había venido enfurruñado todo el trayecto. Se había enterado del embarazo de Charlotte al verla, pues nadie se lo había comunicado, y sintió su jovensísima virilidad humillada. El crío la tenía en un pedestal, como otros niños corrientes tienen a John Cena.

Verdugo ( Problemáticos II )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora