La auténtica víctima

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Flashback: Mansión de Randy

Seth: Venga hombre... abre, que me congelo los huevos. Está lloviendo.

Ambrose: Pero cómo va a abrirnos nadie, te habrá visto Becky por la mirilla y se habrá desmayado del miedo.

Rollins puso los ojos en blanco, un poco harto del mismo tipo de comentarios de su compañero cada vez que salían a la calle.

Seth: Menos mal que no vio la tuya. Ni tu calva oculta tras el flequillo cutre que llevas.

Roman: ¿Podéis parar un ratito? Sólo un ratito.

Ambrose: Me gusta mi flequillo, qué pasa.

Seth: Pero reconoce que eres el patito feo de la comp...

El sonido de la cerradura desbloqueándose les hizo callar de inmediato. Tras la puerta estaba el enorme cuerpo de Randy, quien asomó la cabeza para verificar que estaban solos. Al encontrarse con Reigns se quedó un poco extrañado.

Randy: ¿Y éste qué hace aquí?

Roman abrió los ojos.

Ambrose: No tenía nada que hacer... le he invitado yo. ¿Te molesta?

Orton se encogió de hombros y dejó pasar a los tres. Palmeó el hombro de Seth, con quien mejor se llevaba del grupo, y empezaron a llenar la mesa del salón de porquerías para picar y beber. Enseguida se pobló todo de cervezas y de patatas fritas. Ninguno de los tres fumaba, pero Randy igualmente dejó el cenicero por si se le antojaba alguno entre horas. Cuando montaron la consola y se pusieron a jugar en la gran pantalla, entraron en ambiente y empezaron con los típicos chistes malos que se dicen cuando el alcohol ya hizo su efecto. El único que se mantenía sobrio del todo era Reigns, más concienciado en ganar algún combate de WWK16 con su personaje.

Roman: Vaya porquería, esto está programado para hacerme perder siempre.

Seth y Ambrose rieron como cabras, mientras veían cómo Randy manejaba a su personaje sincronizadamente y dándole la peor de las palizas a Reigns. Tras su finisher, ganó y los decibelios de las risas aumentaron varios tonos. Ambrose saltó del sillón y se puso a imitar los ridículos movimientos de lucha de su compañero mientras Seth seguía bebiendo animado.

La puerta que daba al pasillo se abrió y salió la otra integrante de la casa, que había estado sin aparecer las horas que ellos llevaban ahí dentro. Se tocaba la cabeza y parecía mareada.

Becky: Randy... ¿vienes un momento?

Randy quitó la partida y les dejó jugar a los otros, dando un par de zancadas al extremo de donde había aparecido la del pelo naranja. Se inclinó hacia ella y se fijó mejor en su rostro, estaba blanca y con los labios secos.

Randy: ¿Estás bien, preciosa? Tienes muy mala cara.

Becky: No sé qué me pasa... llevo todo el día igual, con ganas de vomitar. Además me duele la cabeza.

Randy: Habrás cogido algún virus. —Se dio cuenta de que estaba ida, así que se inclinó más hacia su frente y posó los labios en esa zona— Mira, estás ardiendo. ¿Quieres que hagamos una visita rápida al médico?

Becky: No, déjalo. Será un poco de fiebre.

Randy: Esto no es un poco, tiemblas —tocó su mano y la notó fría como el hielo— y encima estás helada, tienes mucha fiebre. Ve a la cama y ahora voy para allá.

Verdugo ( Problemáticos II )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora