La realidad

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Grandes almacenes


Bayley: Te agradezco enormemente que me hayas dejado formar parte de su vida —susurró sin separar la vista de Marlene, quien dormitaba agotada en sus brazos. Charlotte se agachó a la altura de la otra jinete y tomó con cuidado el cuerpo de la niña, ahora pesaba más y era rolliza. Al ponerla en su hombro la pequeña despertó, pero cayó somnolienta otra vez.

Charlotte: No tienes que agradecérmelo, Bayley —dibujó una sonrisa y acabó mirando a la lejanía para ver dónde estaba AJ. Le vio charlando con otra mujer y volvió deprisa la vista a su compañera.

Bayley: ¿Cómo va el tema de los celos?

Charlotte: Hoy mal... muy... mal, pero no quiero quejarme, está cansado de oírme.

La morena miró a Styles y le restó importancia a lo que hacía con la mano, riendo.

Bayley: No te preocupes, siempre ha sido un guasón. No dudes de que te quiere, a mí me tenía la cabeza como un bombo diciéndome todo lo que sentía por ti. Y eso no se lo he escuchado decir nunca con nadie.

Charlotte: No se trata de lo que él sienta, es más bien lo que siento yo. Me doy cuenta de que lo intento, lo intento, lo intento... y me intento controlar. Y de tanto callarme se va acumulando, cuando le veo con otra se vuelve a acumular. Es ya mucho tiempo con lo mismo y no sé cómo remediarlo.

Bayley: ¿Se lo has comentado?

Charlotte: Supongo que a veces se da cuenta. Cada vez que lo percibe se pone arisco y no me dirige la palabra.

Bayley: Menudo cabezón, con eso tampoco arreglará nada.

Charlotte: No puede estar repitiéndome lo mismo constantemente. Soy yo la que tiene que cambiar y ya está.

Heath Slater: ¿Cambiar tú? Já. —Una tediosa voz que ninguna se esperaba resonó en la tienda. Estaban todos en unos grandes almacenes, Bayley ayudaba a su madre con algunos pedidos a domicilio. Muchos luchadores de la compañía frecuentaban los productos deportivos de allí, pero ya era mala pata encontrarse al pelirrojo problemático de la compañía. Al verle, Charlotte se sintió muy incómoda, no se sentía orgullosa de lo que había hecho con él a escondidas de AJ en su día y su presencia era una espina clavada en la relación de los dos. —No me mires así, Charlotte, cualquiera diría que has visto a un fantasma.

La rubia apartó rápido la mirada de él y se agachó a dejar a Marlene en el carrito, bien tapada. Heath se acercó descaradamente y asomó la cabeza, sólo había visto a la niña por fotos.

Heath: Qué mala suerte, lo ha sacado todo de él.

Bayley: Vámonos, Heath, no seas pesado —sonrió nerviosa y le dio dos palmadas en el hombro, pero él se quitó de su lado y se acercó a Charlotte. La rubia tuvo un acto reflejo apartando el carrito y fingió que no le veía acercarse, pero él la sujetó de la muñeca.

Charlotte: Suelta —apretó el puño al notarle, poniéndole una mirada amenazadora. Slater rio socarrón, encogiéndose de hombros.

Heath: ¿Te has hecho mamá y ahora has sentado la cabeza?

Charlotte: Suéltame... tengo más fuerza que tú. No quieras que la use para romperte los dientes. —Sonrió de la misma manera, alzando la cabeza. Bayley se acercó para calmar la situación, pero de repente apareció el Fenomenal con su rostro encolerizado. Se aproximó tantísimo al pelirrojo que éste la soltó creyendo que iba a recibir un puñetazo, haciendo amago de defenderse y quedando así como lo que era: un idiota muy cobarde.

Verdugo ( Problemáticos II )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora