Un mal comienzo siempre lleva a un mal final

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Hospital

Al abrir los ojos y ver la margarita, giró la cabeza rápido y vio al niño. Era Patrick. ¿Cuántos autobuses se habría tomado para llegar hasta ahí solo?

Charlotte: ¿Qué haces aquí...?

Patrick: Me han dicho que estabas atontada de los calmantes. He visto la radiografía de tu pierna, ¿sabías?

Charlotte: No hables tan fuerte...

Patrick: Perdón —bajó la voz al verla con las cejas fruncidas— venía a ver si estabas bien. Cuando se te pasen los efectos te llevan a casa.

Charlotte parpadeó lentamente y suspiró, sintiéndose mal por todos lados. Tenía la pierna derecha totalmente vendada a partir de la rodilla, y se la notaba pesada. Sabía que cuando los calmantes dejaran de hacer efecto empezaba el auténtico calvario.

Patrick: ¿Quieres ver la tele?

Charlotte: ¿Has visto a tu tío?

Patrick: No —murmuró, encogiéndose de hombros— pero no ha entrado a verte.

Charlotte: Ya...

Patrick: Estaba en casa la amiga tonta que tiene, Bayley. Supongo que está con él.

Charlotte: Ah... vale, Patrick, te agradezco que confíes en mí para contarme todo eso. Sé que eres mi pequeño aliado —como pudo sonrió, pero se sentía débil y cansada. Por supuesto, lo que acababa de oírle la había vuelto a pellizcar en el estómago, pero se sentía lo suficientemente avergonzada como para volver a llorar delante de otra persona.

Patrick: Si fueras mi novia estaría todo el día aquí contigo.

Charlotte: Las cosas son complicadas... no deberíamos hablar de estos temas, Patrick, no ibas a entenderlos.

Patrick: Tengo catorce, no cuatro. Entiendo mejor las relaciones de lo que te piensas.

Charlotte hizo un esfuerzo sobrehumano para levantar la espalda, y reincorporarse en la camilla. Le miró ahora más relajada.

Charlotte: Estoy segura de que serás un hombre muy ligón y muy listo —tomó aire y lo expulsó lentamente, dejando de mirarle— siento lo que le pasó a vuestro perro... fue mi culpa.

Patrick: Sí —dijo, y torció una sonrisa— pero no aguantaba ya a ese perro. No sabes el sacrificio que has hecho por mí, ya no tendré que seguir oyéndole más —dio un brinco acelerado— ¿y esos puños a AJ? Joder, me mentiste y luego en mi misma cara le diste una zurra. Eres mejor que en la tele.

Charlotte: No se lo cuentes a nadie —dijo poniéndose seria al escucharle, y alzó un dedo hacia él muy tajantemente. Patrick rio como un pequeño poseso.

Patrick: Yo no hago promesas.

Charlotte: Más te vale, renacuajo, que no cuentes nada a nadie de lo que me viste hacerle.

Patrick: Estuve pensando en meterme a K1 para saber lo que es sentir la adrenalina de que te peguen. ¿Podrías darme un puñetazo, igual que al tito...?

Charlotte: ¿Estás loco? ¿Crees que es divertido?

Patrick: Lo fue —dijo con sinceridad, mirándola con los ojos muy abiertos— se te ve tan fuerte... y a él tan calzonazos. Tienes que sentirte muy poderosa cuando lo haces, ¿no?

Verdugo ( Problemáticos II )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora