Una humillación

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Dos meses más tarde

Raw

Tom: BUUUUUUUUM, y Sasha vuelve a quitarle el reinado a Charlotte... madre mía, esto está que arde. Magnífico, magnífico mortal, magnífico Bank's Statement. Estas mujeres sí que merecen la pena.

Mientras el público aclamaba por su nueva campeona y todas las luces enfocaban a la Jefa, Charlotte quedó relegada a un segundo lugar en una de las esquinas del cuadrilátero. Se había recuperado muy bien de su lesión hepática, de los problemas renales, sin embargo su consumo de anabolizantes seguía siendo peligroso. No había hecho caso a nadie.

Cuando la pelimorada bajó del ring Charlotte se levantó costosamente de la plataforma y sin mirar al público se coló entre las cuerdas, marchándose por donde ambas habían hecho aparición. El público volvía a abuchearla, pocos aplausos podía oír de la primera fila. Era algo a lo que ya estaba muy acostumbrada, pero esas dos últimas semanas habían sido un machaque constante en todos los sentidos.

Su padre no le hablaba, Vince abusaba de su tiempo y le había duplicado las horas de gimnasio, estaba empeñado en que fuera la cara ganadora de la sección femenina

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Su padre no le hablaba, Vince abusaba de su tiempo y le había duplicado las horas de gimnasio, estaba empeñado en que fuera la cara ganadora de la sección femenina. Como Charlotte había roto con AJ y había intentado -sin éxito- buscar cariño en otros brazos (Zayn incluido) sólo le quedaba el triunfo laboral, y acababa de perder otra gran oportunidad. Se sentía llena de emociones malas, muy desalentadoras. Mientras avanzaba por el pasillo hasta las duchas escuchó los gritos y los abrazos congratulando a Sasha en el vestuario, y esperó pacientemente a que salieran todas. Tardaban mucho.

Se dejó caer agotada en la pared del pasillo, entreteniéndose con el móvil: pero nadie requería su presencia ni su opinión para nada. Poco a poco empezaba a sentirse incómoda y desplazada de todo lo que la rodeaba, y tampoco se sentía fuerte. Como apenas tenía amigos ni nada que hacer salvo entrenar, sus días se resumían en el ejercicio y los eventos, y cada vez sentía su vida más vacía. Vio cómo las chicas abandonaban en tropel el vestuario, ya duchadas y charlando del partido con Sasha. Vieron a Flair pero ninguna se atrevía a hablarle, ya ni siquiera querían dirigirle la palabra.

Cuando no oyó más ruido dentro se puso de pie y se dispuso a entrar, pero chocó con otra luchadora a la que llevaba tiempo sin ver.

Bayley: Oh, vaya... perdón.

Charlotte la miró un segundo y bajó la mirada, no quería hablar con nadie. Al distanciarse Bayley se maldijo, creyendo que iba a lamentar su próxima acción, y se giró hacia ella.

Bayley: ¿Te encuentras bien? —la más alta paró de andar y la miró, guardándose el móvil.

Charlotte: Sí, ¿y tú?

Bayley: Eres una gran luchadora. Siento mucho todo lo ocurrido con... AJ y los problemas en casa con tu padre. De verdad.

Algo pareció tocar la fibra de Charlotte. Alzó un poco la cara hacia su compañera y asintió, ahora mirándola.

Charlotte: Gracias Bayley.

Hasta a la propia hugger le sorprendió que no se le respondiera con una impertinencia. Iba a seguir hablándole, la notaba triste y odiaba eso en cualquier rostro, pero Charlotte se metió en la ducha demasiado rápido.

La Navidad se acercaba y su agenda rezumaba eventos deportivos, compromisos con la WWE que prefería no rechazar ante la inexistencia de planes familiares. Su familia siempre había sido muy tradicional con esas fechas: la Navidad era etapa familiar, de estar con los sobrinos y de que alguno se disfrazara de Papá Noel para sorprenderlos. No había cambiado nada, pero ni su hermano David ni Megan la habían llamado en esta ocasión para invitarla. Ric le envió un tosco mensaje de que podía ir cuando quisiera, pero Charlotte no era tonta, todos se habían hartado ya de sus desplantes y su mal carácter y sabía que si no iba, evitaría escenas hipócritas. Tampoco quería seguir amargando a nadie.


Gimnasios de la WWE


A tan solo dos días de ser navidad oficialmente, el último día de gimnasio se llenó de luchadores. Todos se daban regalitos y sorpresas entre ellos y la única que no había socializado con nadie desde que entró fue la chica Flair. En la compañía todos se ponían incómodos cuando la veían pasar cerca, le tenían respeto y a nadie le caía bien. Además, ya muchos sabían su faceta más peligrosa: Zayn había abierto la boca y en plena borrachera se hinchó a contar anécdotas de cómo Charlotte perdía los papeles y le trataba a bofetada limpia. Cuando Vince se enteró se hizo tanto el sueco para no despedirla, que los trabajadores la odiaron más todavía. McMahon la necesitaba para provocar sentimientos contradictorios en la empresa, si la echaba perdía un 50% de emoción en la audiencia. No le interesaba cómo fuera personalmente con sus novios, y su ligero machismo le hacía ver a Styles y Zayn como hombres sumisos y débiles.

Hacia mitad del atardecer varios luchadores abandonaron el gimnasio para irse a cenar con la familia, pero unos cuantos siguieron allí. Sheamus, Cesaro, Bliss, Nia Jax y otra docena más seguían dándose caña. Charlotte recibió una notificación nueva y se hizo falsas ilusiones: al desbloquear rápido el móvil era un nuevo evento de la NXT, al que era invitada formalmente para comentar una pelea. Su expresión se tornó sin expresión y se lo guardó, sin responder.

Veía a lo lejos cómo AJ levantaba un peso gigantesco, sentadillas. Sintió un pequeño dolor en el estómago, llevaba días sin verlo y lo echaba muchísimo de menos. Se arrepentía de tantas cosas... pero había tenido que estar en la más ruin soledad y amargura para darse cuenta. Aunque no lo manifestara, Charlotte estaba al borde de caer en una depresión, necesitaba hablar con alguien y necesitaba algo de cariño ajeno. Ya le valía cualquier cosa. Estaba tan débil mentalmente que si venía cualquier cabrón a decirle dos palabras bonitas caía en la trampa más chapuzas.

Cuando le vio solo un momento, dejó su orgullo a un lado y se acercó lentamente. Esperó a que terminara con su serie y se metió en la misma lona, ladeando una pequeña sonrisa. Se apoyó en la barra.

Charlotte: Hola, AJ. ¿Todo bien?

Styles se secó el sudor y la miró de arriba abajo, muy extrañado. La última vez que la vio fue cuando ocurrió lo de su fallo renal, no habían acabado bien. ¿Y eso que tenía en la cara era una sonrisa? Parecía venir calmada, así que la saludó.

Styles: Muy bien, rubia. ¿Cómo te va todo, estás mejor?

Charlotte: Sí... —se quedó pensativa y miró fugazmente al suelo, creando ideas rápidas— no tengo nada que hacer ahora por la noche, me preguntaba si... querías ir a tomar algo. O a cenar. —Dijo, apretando la mano en una de las barras sin que él la viera. Sentía miedo al rechazo, no había nada que temiera más.

Él la observó dejando de fruncir el ceño y se le escapó una risita floja, negando con la cabeza.

Alexa: Eh, mi campeón —al lado de Charlotte apareció, una cabeza y media más baja, la Harley Quinn sin maquillar. Se acercó a él y lo rozó del hombro, antes de que el propio AJ se inclinase a besarla. Charlotte tuvo un rapidísimo amago corporal al ver ese beso, como si por una milésima de segundo hubiera estado a punto de abalanzarse contra ella. No se sintió capaz de mirar, dio un paso atrás. Nunca se habría esperado eso.

Se sintió extremadamente ridícula... humedeció su boca y subió como pudo la mirada de nuevo a él. Acababan de romperla por dentro.

Styles: Yo sí tengo planes, quizá en otra ocasión —le guiñó un ojo y volvió a hablar con Alexa, sin prestarle mayor atención. Charlotte dejó el sudor de su mano marcado en la barra y se dio media vuelta, caminando hacia su neceser. Para colmo, Rollins y Rhyno habían estado atentos a la escena y no hacían sino partirse de risa de ella, llamando su atención. Cuando Charlotte los oyó aceleró el paso y cogió su chaqueta, marchándose antes de que la vieran llorar ahí mismo.

Verdugo ( Problemáticos II )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora