La mejor panadería de París

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La calle estaba animada, se veían a muchas parejas caminando tomadas de la mano, su corazón comenzaba a palpitar cuando las miraba besarse, volteo a ver a Felix quien caminaba junto a ella. Se veía tranquilo aunque sus orejas estaban un poco rojas. Marinette sonrió para sí.

-Llegamos.- Frente a ella estaba la panadería de sus padres.

Marinette le relato brevemente la historia de cómo su padre conoció a su madre, ambos al amar la repostería decidieron abrir la panadería e iniciar una vida juntos.

-Poco después llegue yo y ya ves diecisiete años después y la panadería sigue aquí-. Le dijo orgullosa, Felix asintió, le gustaba especialmente cuando hablaba confiada.

Entraron al negocio, Felix eligió una pequeña tarta de fresa, Marinette quien amaba lo dulce pero también tenía cierto gusto por lo clásico tomando un croissant.

Marinette se acerco a la caja, su madre estaba quien no estaba cuando entraron miro a la pareja de adolecentes sorprendida. Marinette hizo las presentaciones correspondientes, su madre la miro con un brillo especial en los ojos, como queriendo decir "con que otro rubio eh".

Marinette sintiéndose un poco apenada con la mirada de su madre invito a Felix a comprar un café. Felix llevaba el pan en una bolsa de papel.

Llegaron a una cafetería cercana y compraron dos cafés para llevar, salieron para buscar un lugar donde sentarse.

La noche comenzaba a volverse fría, Marinette apretaba un poco el vaso para calentar sus dedos, Felix bebía y saboreaba su tarta. Elogio el sabor y la textura, Marinette sonrió complacida, invitándolo a volver cuando quisiera. Felix le devolvió la sonrisa.

-Eres cálida-. Le dijo, no como coqueteo si no como quien afirma que el cielo es azul. Ella no se esperaba eso, estiro su brazo y revolvió el cabello de Felix, el acepto el gesto y le sonrió. Un segundo después Marinette retiro su mano y con la cara completamente roja se disculpo.

-lo siento... yo... no sé que me acaba de pasar...

-solo que me... me recordaste a alguien y sin poder evitarlo, mi mano se movió sola, ¡de verdad lo siento!

-ptffja jajaja, tranquila, tranquila no te preocupes, no me incomodo, pero ahora tengo curiosidad sobre ¿quién es el otro?- Le pregunto coqueteando

Marinette creyendo que no podía ponerse más roja de lo que ya estaba sintió una nueva oleada de calor recorrer su cara.

-No es como si fuera mi novio o algo así, tampoco es como si estuviera enamorada es solo... que con el suelo hacer cosas que con alguien más no haría... pero nada malo por supuesto, solo su cabello... tu cabello se parece mucho a el de el-. Termino de explicar Marinette y rezo para que en ese monto la tierra se la tragara

Felix la miro sorprendido, acaso hablaba de él. Trato de desechar esa idea. El plan para hoy no había terminado como esperaba, era Adrien quien debía estar ahí en ese momento, Adrien tendría que ver esa preciosa escena de Marinette sonrojada. Debería de ser el corazón de Adrien el que retumbara en ese momento no el suyo.

-Ahora tengo que irme-. Al no escuchar una respuesta de Felix Marinette se despidió apresuradamente.

-Espera, permíteme acompañarte se está volviendo tarde-. Le pidió Felix, ella acepto.

El no debería de estar en ese lugar pero disfrutaría hasta el último minuto su compañía.

Caminaron a ratos en silencio y en otros hablando en voz baja, al llegar a la panadería Marinette se despidió una vez más y reitero su invitación a que volviera cuando quisiera. Felix agradeció por su compañía, elogio la tarta y se despidió

En su habitación, acompañada únicamente de Tikki, Marinette intentaba descifrar sus sentimientos. Rodaba por la cama, se sentaba y después volvía a dar vueltas. Su cabeza se encontraba repleta de Felix, de Adrien y en rincón peligrosamente grande se encontraba Black Cat. Felix le resultaba extrañamente familiar, esta era la segunda vez que se veían y aun así sentía conocerlo desde hace tiempo, sobre todo su cabello, sintió unas irrefrenables ganas de tocarlo, ¿Qué acaso tenía una obsesión por el pelo rubio?.

–No, no es eso, concéntrate Marinette-. Se reprendió Marinette en voz baja. Tikki flotaba alrededor de la habitación, decidió sentarse en la cama de Marinette, ella hablaba y se frotaba las sienes en busca de respuestas, la kwami la observaba divertida.

-Veamos, amo a Adrien.- Dijo en voz baja sin demasiado entusiasmo. -Tengo cierta atracción no muy importante o grande por Black Cat, y por Felix bueno es agradable y por supuesto que es atractivo y me recuerda a...

-A ¿Quién te recuerda?- le pregunto Tikki.



- Marinette la miro, sus mejillas se incendiaron, intento evadir la pregunta sonriendo, pero su kwami la presiono a que contestara.

-a... Black Cat.- Estaba a punto de negar lo que había dicho pero al verla expresión compasiva de Tikki decidió no hacerlo.

-Todo está bien Marinette, los seres humanos experimentan una gran variedad de sentimientos los unos por los otros y hay muchas clases de amor, si aceptas lo que sientes pronto de darás cuenta de ello.

Marinette miro a Tikki, extendió los brazos pidiendo un abrazo, la kwami se floto hasta su mejilla, ella la apretó hacia sí. Recordó aquella vez que Black Cat le pregunto si estaba enamorada de alguien, en esa ocasión estaba segura de amar a Adrien, sin embargo ahora no estaba tan segura.


Minuto ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora