1. Ojos.

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Ojos. Era todo lo que veia. Traté de buscar un rostro o cualquier otra cosa pero mi vista estaba tildada en ese par de ojos que me miraban serios, eran color celeste y parecía que los habian pintado con el color casi exacto del cielo a pinceladas y te daban la sensación de frio, como el hielo. Tenían unas pestañas castañas largas y gruesas, del tipo de las que cualquier chica envidiaría.

Me quedé no se cuanto tiempo observandolos cuando persibí una luz brillante a lo lejos que se intensificaba cada vez mas y mas, iluminando a los ojos y cuando distinguí el ultimo rastro de color que ellos dejaban a traves del blanco de la luz, desperté.

Entrecerré los ojos y  me tapé con el dorso de la mano el rayo de luz que apuntaba a mi cara, que provenía de un espacio que habia en la ventana entre las cortinas, miré a mi costado hacia el reloj. Seis y cuatro minutos. Faltaba una hora para ir al Instituto y mi alarma no había sonado, suspiré y agradecí haberme despertado milagrosamente a tiempo...algo asi, tendria que apurarme un poco de todos modos.

Despues de una hora me encontraba duchada, vestida y mas o menos peinada caminando apurada hacia el Instituto, mi corta rutina con mi pelo es desenredarlo y pasar una mano por este, debido a que era lacio no tenía que hacer mucho, gracias a dios. 

En el camino seguí pensando en el sueño de esta mañana. ¿Por qué diantres había soñado con unos malditos ojos? y más si el dueño de esos ojos era un encapuchado amigo de los cigarrillos y la bebida y enemigo de los policias. Probablemente. Negué con la cabeza y le resté importancia, apresuré el paso cuando faltaba una cuadra, ya era tarde.

- Mierda, mierda, mierda, mierda- murmuré cuando iba casi corriendo hacia la puerta de la entrada, veía que ya estaban por cerrar las puertas cuando me vieron, pasé y le sonreí a la portera, Lily había trabajado aquí desde, bueno, siempre. Cuando empecé a venir a esta escuela ella estaba aquí y siempre había sido buena conmigo.

Apenas crucé las puertas escuché un sonido de motocicleta y luego una voz. Genial, pensé, hablando de ojitos allí venía.

- Hola, cariño-  le dijo Lily. ¿Cariño? Lo menos que el provocaba cuando lo veias era algo agradable -me alegra que no llegaras tarde por una vez.

Sentí ojos sobre mi y apresuré otra vez el paso. Cruzé el pasillo y no escuché mas voces, llegué a mi salon con un suspiro de alivio por una razón que no se todavía y saludé a Kay.

El día se pasó aburrido, en los recreos no veía a ojitos y le conté a Kay el sueño, ella solo frunció el ceño y luego me miró divertida diciendo Bueno, algo debe significar. Cuando volvimos del ultimo recreo ojitos pasó y unos chicos lo seguían como sombras, todos vestían parecido, chaqueta con capucha pero el era el unico que la tenia puesta, las chicas de mi curso suspiraron, las miré raro y Kay estaba mirando fijamente sin ninguna expreción en el rostro a uno de los chicos que iba siguiendo a ojitos, tenia rastas y muchos piercings en su nariz y orejas. Me giré esperando a que las gatas en celo me dejaran pasar por la puerta, pero todavía estaban admirando a el grupo que se habia parado en una pared no muy lejos.

- Vamos, permiso, ni que fuera la gran cosa- dije pasando por un hueco que habían formado, Kay venía atras mio.

- ¿Qué no es la gran cosa?- preguntó una rubia arqueando una ceja indignada. Fruncí el ceño.

- Es Ian por el amor del cielo- dijo otra chica morocha. Ya tenía un nombre para ojitos, pensé.

- Y sus amigos- dijo otra morocha haciendo un abanico con su mano, la morocha número uno concordó con ella.

- Es solo un chico- dije remarcando la palabra solo. 

- Para ti tal vez, pero es la figura más sexy de todo el Instituto- dijo la misma rubia de antes- no puedo creer que no lo conoscas.

Bad boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora