22. Rota. (2/3)

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La tensión entre nosotros bajó notablemente, gracias a Dios.

No creo que les interese leer sobre como llevamos a cabo la sesión de la Segunda Guerra Mundial, pero lo único interesante de esta fué que Ian me sonreía como antes, y eso, era suficiente como para hacerme el día.

Que sentimental...me dije a mi misma irónica y a la vez divertida.

Pero no todo estaba bien, me daba cuenta ya que era mas que obvio que él seguía algo deprimido, no lo culpaba ¿quién no podría estarlo luego de semejantes acontecimientos? y no solo por un día. Sino que por dos largos años.

Y al terminar la sesión, no tuvimos que decir ni una palabra para saber que me iría con él para ver a Melanie, como se lo había pedido al comienzo de la sesión. Mi pregunta era ¿adonde me llevaría Ian? porque, francamente, no creía que Melanie se encuentre en su casa. Pensé en la tal Crystal...todavía no sabía quien era y tampoco lo había preguntado. Pero suponía que era su niñera o amiga o tal vez pariente. Pero Ian y Mel hablaban de ella como alguien muy especial, así que tenía que ser alguien cercano.

La moto de Ian fué a una velocidad mucho mas alta que las otras veces que me había subido en ella y recuerden que una vez, exactamente la primera, la moto se dobló peligrosamente en una curva.

Y ahora lo hacía en todas.

Pero a Ian parecía divertirle mientras que yo luchaba para agarrarme de él sin sacarle el aire completamente de los pulmones.

-¿Qué pasa si hay algún policía? ¿No te estas pasando de la velocidad máxima? - grité por encima del viento mientras me aferraba más a Ian. Emití un grito ahogado cuando un camión nos tocó la bocina mientras que el gordo y viejo conductor nos gritaba lo que alguien probablemente malhumorado podría gritarles a unos adolescentes que casi chocan contra su carga por poco.

-No hay policias por la zona- gritó Ian, parecía bastante seguro de ello.

-¿Como lo sabes?- le cuestioné.

-Solo lo sé- dijo sin darle tanta importancia como yo lo hacía. Arqueé una ceja tratando de pensar en cuentas veces tendrá que encontrarse con algún policía por la calle para saber por donde se encontraban.

-Aún así tendrías que tener más cuidado- lo reproché aunque me encontrara mas ocupada tratando de que mi pierna no se raspe contra el asfalto en una curva.

Al decir esa frase pensé en algo horrible: empezaba a sonar como mi madre.

-Tranquila, se lo que hago- dijo riendo. Esa típica risa de él que tanto me deseperaba antes, debo decir que sorprendentemente me tranquilizó.

Sentí que se me formaba una sonrisa también mientras daba un pequeño grito ahora mas de emocion que se otra cosa cuando el zigzagueaba en la carretera vacía, sabiendo que yo lo odiaba...aunque se estuviera convirtiendo en algo divertido poco a poco.

¿En cuantos lios exactamente se habrá metido Ian? cuesta creer que en este momento no me importe. La adrenalina del viaje hacía todo mucho mas emocionante y peligrosamente divertido. Tal vez por eso le guste tanto a Ian ir tan rapido.

Al pensar en lo anterior me dí cuenta de que lo mismo que le gustaba a Ian de sus viajes en moto, era lo mismo que me gustaba a mi de él. Que tenga esa adrenalina que hacía todo emocionante y peligrosamente divertido...aunque al principio no sea tan facil acostumbrarse a eso y puede resultar tanto irritante como frustante.

Pero si le gustaba tanto eso, no habría la posibilidad de que a él le guste ya que él no podría encontrar esas caracteristicas en mi. Ni aunque buscara insaciablemente no las encontraría.

Bad boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora