15. ¿Y ahora qué?

11.3K 637 16
                                        

Ahora, si me preguntan, no estaba reaccionando como me lo esperaba. Para nada. 

¿Como habiamos llegado a esto?

El solo se había acercado y yo sabía lo que iba a hacer Ian, pero todavía yo no me movía. Ni por un segundo me moví ni me negué porque quería hacer esto. Quería sacarme las ganas. 

¿Pero eso fué una buena idea?

Realmente no creía saberlo.

Sentí una mano de Ian que anteriormente estuvo apoyada en el costado de la mesada marmolada subir hacia el costado de mi cadera y subir lentamente por mi cintura, fruncí el seño ante el extraño cosquilleo que produjo eso y me sorprendí batante a mi misma cuando me pegué mas a el, sin poder negar que lo estaba disfrutando y disfrutando el sentimiento de como me estaba sintiendo, como me habia sentido antes en su casa cerca de el. 

¿Y si solo...me dejaba llevar? ¿Solo por esta vez? pues dudaba que pasara de vuelta. Aunque también había dicho hace algún tiempo atras lo mismo sobre ver a Ian. Mirenme ahora. 

Luego, en un movimiento dubitativo y dudoso subí una mano muy lentamente hacia su cuello, pasandola por debajo de la capucha y rozandole algunos cabellos de la parte de su nuca. Él ,cuando hice esto, lo sentí estremecerce para que luego profundizar mucho más el beso que antes era tierno y casi timido. 

Y momentos como este me hacian pensar que fué una gran y maravillosa idea.

Sentí la sonrisa de el sobre mis labios para luego, morder ligeramente mi labio y estirarlo. 

Y ahora, venía la parte incomoda.

-Pasaste al primer puesto - susurró sobre mis labios, con la sonrisa todavia muy marcada. Lo miré algo confundida, el solo rió mirando mis labios. Sonrió una vez más y dejo un rapido beso sobre mis labios tomandome de sorpresa y luego se separó para salir por el arco de la cocina hacia el pasillo que daba a la sala. 

Fruncí el seño.

Oh...mi...dios.

No fué mi primer beso pero extrañamente me afectó mucho, como si esto fuera algo extremadamente nuevo para mi. Tuve que tomarme unos segundos practicando mi respiración en la cocina, por el amor de Dios. Fué solo un beso. Un...muy extraño, beso.

Dí un ultimo suspiro y cerré mis ojos brevemente antes de salir por donde había salido Ian momentos antes.  

¿Qué había hecho? ¿Como podría mirarlo a la cara ahora? ¿Y...ahora qué?

Y como si no fuera suficiente lo afectada que me encontraba, apenas crucé el pasillo me encontré con Ian haciendo maniobras extrañas con Melanie en sus brazos, pues el la sostenia de la cintura pero su cabeza señalaba hacia el piso y su cabellera era tan larga que casi rozaba la madera de el piso. El tenía la más maravillosa sonrisa en la cual los ojos se le achinaban ligeramente y cuando ella rió, el, como si fuera posible, puso una cara aun mas tierna, arrugando la nariz.

No me dí cuenta hasta segundos despues de observarlos, que yo también había adoptado una sonrisa ante aquella escena. Los seguí mirando divertida hasta que el bajó a Melanie y me decidí a entrar en la habitación.

-¡Lea! ¡Amo tu casa! ¿Me puedo mudar contigo?- chilló Melanie corriendo hacia mi. Ignoré sutilmente la sonrisa burlona de Ian hacia mi, pero el color de mi cara no tanto. Reí tratando de disimularlo, aunque la risa salió algo nerviosa. Me odie por eso.

-Puedes venir cuando quieras- le dije guiñandole un ojo. 

Ella dió un grito de alegria, muy tierno en su voz aguda debo decir, haciendome sonreir. 

Bad boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora