Era el escenario mas triste, adorable e intimo en el que había estado.
Estaba empezando a pensar cada vez con mas intensidad que debía pararme de la cama y dejarles este momento cuando Ian soltó a Melanie y esta me miró apenada. ¿Apenada porque? Si yo me encontrara en su lugar probablemente estaría mucho peor...
Ian ni siquiera levantaba la vista ni a Melanie ni a mi.
Era un momento en el que esperaba que alguno de los dos tome el valor para decirme algo como ¿Sigues aquí? Pero bien sabía que si ellos lo quisieran decir, ya lo habrían hecho hace tiempo.
Pero aún así pensaba que debería dejarles solos.
-No, quedate- sentí que mi antebrazo era encerrado con facilidad por una mano de Ian, apenas me paré de la cama. Lo miré con duda. Pero él no mostraba atismos de querer mirar a algún punto en general en su rango de mira.
Me senté de nuevo mirando con cuidado de Melanie a Ian.
La mano de Ian seguía sobre ni brazo.
-Lo siento, Ian-dijo de repente Melanie.
-No lo sientas, tonta- susurró levantando por primera vez la vista, llena de rastros de lagrimas que todavia no terminaban de desvanecerce.
El nudo en mi garganta que no había podido aflojar en todo este rato aumentó. Normalmente no era tan sensible al llanto de los otros a menos que sean personas cercanas a mi, por lo que esto era raro.
-Es que solo puedo pensar en eso-la voz de Melanie empezaba a romperse una vez mas y por ende Ian se ponía alerta otra vez y su mano soltó, con algo de vacilación, mi antebrazo- tal vez mamá podría seguir aquí si solo nosotros...solo...-y una vez mas rompió a llorar.
Apreté los labios.
-No- hablé por primera vez desde que Ian entró en la habitación probocando que tanto Ian como Melanie me miraran. Tomé una respiración profunda- Sabes, cuando yo tenía tu edad mi abuelo murió de un ataque al corazon y mi abuela en lugar de estar con él, estaba cuidando de mi, en mi casa-Melanie en este momento me miraba como probablemente yo la miraba a ella cuando me contaba lo de su padre. Carraspeé, corriendo la mirada hacia el peluche de oso purpura que había cerca mio, no queriendo mirarla. Ni mucho menos a Ian. ¿Por qué? La verdad no lo sabía exactamente, solo no quería mirarlo en este momento- pasé dias llorando en mi habitación pensando que si mi abuela ubiera estado con él en vez de estar conmigo, probablemente él se ubiera podido salvar -lo pensé mejor- De hecho, él se habría podido salvar...pero luego lo pensé mejor y me dí cuenta de que mi abuela no venía a mi casa desde hacía semanas y justo el mismo día que ella vino a visitarme, pasó tal cosa -hice una pausa- Mel, pudo ser una coincidencia o un terrible golpe de mala suerte y podría seguir con una lista interminable de posibilidades de lo que pasó ese día pero mi punto es que si pasó, justamente ese día, fué por algo. Y no fué culpa mia, ni de mi abuela, ni de nadie.
-Pasó porque tenía que pasar- reflexionó en voz baja, aunque sonaba como una pregunta hecha con la típica voz de alguien que lloró mucho.
Sonreí aunque no estaba segura de que pudiera ver la sonrisa.
-Exactamente- murmuré intentando tragarme el nudo que tenía y parpadeando rapidamente para que las lagrimas, que habían acumulado a medida que hablaba, se fueran rapidamente y cuando finalemente estuve segura de que ya no estaban, levanté la vista- Así que deja de pensar de esa forma tan fea ¿esta bien? Porque ni tú- la señalé- ni tú- esta vez señalé a Ian quien me miró mas que sorprendido- se merecen eso.
-Si, esta bien- dijo ella y por primera vez la ví sonreir de nuevo. Esa sonrisa se acercaba mucho mas a las que yo conocía.
Había hecho sonreir a Ian en la biblioteca, ahora a Melanie.
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Bad boy.
RomantikLea Lowell era todo lo contrario a las otras chicas del Instituto. Aunque ella esté en sus gloriosos dieciséis, sea raro o no, nunca usó zapatos altos en su vida, nunca había experimentado con el maquillaje y mucho menos con grandes cantidades de al...