26. Sentimientos.

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-Lo que quería decirte el otro día era...

Hizo una pausa algo larga mientras miraba directamente a mis labios. Esto sorprendentemente ya no me incomodaba tanto como antes, tal vez sea porque yo también estaba mucho más concentrada en sus labios que en todo lo que estaba a mi alrededor, pero sin embargo seguía igual de nerviosa que la primera vez que Ian se había puesto tan cerca, con nuestras respiraciones mezclándose.

-Era esto -entonces, antes de que pudiera hacer otra cosa, me besó.

No fué como el otro beso en la cocina de mi casa, que fué lento, tímido y además, yo sabía que vendría.

Este era todo lo contrario.

El bastardo estaba besandome de esta forma luego de un estúpido ataque de llanto, él era el primero que me había visto llorar de esa forma...de hecho, el único que me había visto llorar, en mucho tiempo. Dios, ¿tenía alguna idea de lo que me estaba haciendo? estaba rompiendo cada una de mis barreras como si de un simple papel se tratara y se había metido en lo más profundo de mi, había conseguido tanto en tan poco tiempo como nadie nunca antes había hecho, él era el único que lograba hacerme pensar que explotaria solo con un simple beso y lo peor de todo era que, ahora mismo, no quería que parara.

Sus manos, que seguían en mi cintura, me atrajeron más hacia él, pegandome a su cuerpo. Yo por mi parte, envolví mis brazos en su cuello, profundizando el abrazo.

Para ser sincera nunca había besado de esta forma, por lo que dudé en la forma en la que debería seguirlo, me avergonzaba de mi misma por ser tan inexperta ya que Ian besaba como los dioses. Solo lo imité y traté de igualarlo, con algo de timidez que odié no poder desvanecer como él, notablemente, lo había logrado.

Lo único que tenía en común con el otro beso, era lo afectada que me dejaba Ian.

Pero a pesar de eso, fué un beso igual de perfecto como aquel otro en mi casa.

-Espero que lo hayas entendido -dijo algo agitado sobre mis labios-. Verás, cuando te besé en tu casa no fué solo porque quería hacerlo, fué porque nesesitaba hacerlo...y no supe el porque hasta que finalmente lo hice, resultó también ser la razón por la cual voy a tus tutorías solo para verte y por la cual quise ayudarte cuando me llamaste. Yo...cuando dije antes que te había tomado cariño no era mentira...mierda, te quiero, Lea.

Parecía que todo en mi interior se revolvió y a la vez se paró al escuchar esas palabras.

Lo había dicho.

¿Había dicho eso en serio?

Parecía muy en serio...

Estaba casi sin palabras, totalmente congelada.

Ian me quería.

Sentía que me daría un paro cardiaco de lo rapido que mi corazón estaba latiendo.

-Entonces, tengo una última pregunta- dijo- ¿me darías una oportunidad? Porque a pesar de ser la peor opción, el último que debería estar contigo...realmente no creo querer estar sin ti.

Y eso fué todo.

Ahora yo fuí la que lo besó, casi de la misma forma en la que él lo había hecho. Porque en ese momento, no había otra cosa que quisiera hacer mas que eso. No me importaba lo que dijera nadie de él. Yo tenía una perspectiva diferente a lo que la gente veía en él, ya sean los que pensaban que era un Dios o un monstruo...era simplemente Ian. Y yo estaba totalmente abrumada por él ya que adoraba cada cosa que él hacía, hasta alguna pequeña cosa sin importancia, como por ejemplo el hecho de que ahora mismo estuviera sonriendo contra mis labios.

Bad boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora