27. "Nadie perdió a nadie".

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Ian había estado en mi casa, ¿qué? ¿tres veces? ¿cuatro? Y sin embargo, de alguna manera, ya se me hacía más normal tenerlo por aquí cuando mis padres no estaban. Era raro. Pero me estaba acostumbrando a aquello. Y eso era... lindo. Quiero decir, todavía no podía creer que en realidad se sentía comodo estar con él en casa, solos, cuando hace algún tiempo no muy lejano me ponía incomoda el simple hecho de que él mirara en mi dirección. Pero ahora, finalmente creía haber conseguido organizar todos mis sentimientos en lugar de que estos se conviertan en salvajes torbellinos en mi estomago, y se sentía...realmente bien. Porque por primera vez no sentía como que estaba sola o estaba molestando con mis estúpidos sentimientos a Kay o a cualquier otra persona.

Me pregunto cuando me habré empezado a sentir así cerca de él.

Pero de este modo, se sentía ridículamente correcto.

Y todavía no podía creer que mis padres no aceptaran esto, pero estaba segura de que los haría cambiar de opinión. Tenía que hacerlos cambiar de opinión. Sonaría extremadamente estúpido, sobre todo cursi y por supuesto que también como un total cliché, pero no podía encontrar otra palabra para describir que en serio quería, de alguna forma, salvarlo y ayudarlo de todo lo que estaba pasando, todavía no estaba muy segura de como lo haría. Pero lo haría. Aunque eso signifiquen consecuencias para mi. Porque había descubierto que Ian, era tan trágicamente maldito como parece. La gente habla de que cada persona tiene un lado oscuro, bueno Ian era el lado oscuro. Era la maldita imagen en carne y hueso de la belleza del lado oscuro. Y era dificil culparlo por ser así. Pero al mismo tiempo él era bueno, demaciado bueno, de hecho. Y todo eso me hacía quererlo como jamás quize a nadie. 

Ni siquiera había ningún sentido en eso.

Claro que no, porque era Ian.

Y no quería perder lo que sea que eramos o teniamos por culpa de mis cerrados padres.

Ni siquiera sabía que era esto.

No podía llamarlo noviazgo. Dios, no. Esa palabra se sentía tan extraña para mi. Nunca lo habíamos aclarado en verdad. Y yo, obviamente, no jodería con el tema cuando este ni siquiera había empezado.

Pero él no parecía ser la clase de chico que salía con chicas, y yo no era la clase de chica que salía con chicos...pero ni siquiera habíamos empezado a salir.

Así que...¿qué era esto?

Estaba pensando demaciado.

Asi que, en vez de pensar, preferí concentrarme en el brazo de Ian rodeando mi cintura, en como se sentía su pecho subir y bajar en respiraciones constantes, calmadas y uniformes sobre mi espalda, en la forma en que el sillón de la sala no era lo suficientemente grande como para dos personas en un mismo cojín, y que sin embargo, allí estabamos.

Y tampoco era tan incomodo que digamos, nos la habíamos arreglado de una forma rara para que Ian quede detrás de mi con cada una de sus piernas a mis costados y yo practicamente pegada a él.

Cuando llegamos a casa, luego de lo que él me había dicho -a lo que yo no puse demaciada resistencia a decir verdad- porque secretamente, yo tampoco quería que me dejara sola. Claro que peleé un poco con él para que el vaya al Instituto, como lo hice cuando despertamos, pero la verdad era que él no quería ir y yo no quería que vaya. En fin, yo había hecho un poco de desayuno para nosotros, nada especial...realmente no era una muy buena cocinera. Y luego había empezado un maratón de The Big Bang Theory y yo salté feliz al sillón, Ian había reído por mi reacción pero solo dijo un simple "dame espacio" y ahora de alguna forma nos encontrabamos así.

-Sabes, -susurró luego de un rato sin hablar- hace tiempo quería esto- dijo con la mirada perdida en el televisor.

Claro que no podía faltar una televisión entre nosotros.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2015 ⏰

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