Bad boy.

24. Preguntas y respuestas.

-¿En serio?- mi voz salió demaciado aguda y demaciado rapida. Y tal vez demaciado sorprendida.

Ya eran muchas las veces que Ian me decía algo que me dejaba sin palabras, al menos no coherentes.

Debería ir acostumbrandome.

El problema era que no parecía acostumbrarme a que me diga ese tipo de cosas. Dios, ni siquiera me acostumbraba a que me mire. Y tampoco creo que lo haga ya que se siente incluso peor que el primer día.

Patético, lo sé.

-En serio- contestó-. Creí que lo sabias- dijo mirandome algo divertido por mi reacción. Sentí ganas de pegarle por eso.

-P p pués...-si seguía tartamudeando de esa forma en frente de él, tal vez concidere pararme en el medio de la calle y esperar a que un auto me pise- no.

-Bueno, creeme- su sonrisa se convirtió en una algo más tímida- lo eres y mucho.

-Gracias- susurré y luego carraspeé para luego incorporarme dejando mi peso en mis codos- pero aún así es algo incomodo que me mires.

-¿Como así?- se acercó mucho a mi rostro y lo recorrió con la mirada mientras otra sonrisa burlona se asomaba.

-Si- dije entredientes, ahora algo enojada por que se estuviera burlando de mi. Pero yo tampoco le corrí la mirada, es mas, lo imité lo mejor que podía recorriendole todo el rostro sin descaro, aunque luego de un tiempo yo ya comenzaba a rendirme. Pasaron unos segundos mas... y finalmente, exploté- ¡¿Como lo haces?!- me dí por vencida alejandome de mala gana. Él dió una carcajada.

-Solo te miro, no creo que sea muy dificil.

-Si, pero ¿como soportas esa mirada tan...acosante? Digo, deberías estar acostumbrado ya que todo el mundo siempre te mira-él me miró arqueando una ceja- pero es horrible.

-¿Todo el mundo me mira?- adquirió una cara sarcastica. Lo miré-. No- se rió algo mas amargo- no del modo en que piensas, al menos no todos.

Fruncí el seño.

-¿Del modo en que pienso? Te llaman Dios, Ian- rodé los ojos- ¿Qué se supone que tenga que pensar?

-El termino "Dios"- me llamó la atención que lo haya dicho con asco- no es algo de lo que esté muy orgulloso.

-¡Ian, voy a jugar al parque!- la voz de Melanie lo interrumpió.

-¡Espera!- le dijo incorporandose de un salto. Me tendió una mano para que lo haga también.

Mientras atravesabamos el campo, yo solo pensaba en lo que había dicho Ian. Y mas preguntas se acumulaban.

¿Cuando podría responder todas mis preguntas? No lo sabía, pero tenía la intención de que la mayoria se respondieran hoy.

Melanie solo corrió hacia los columpios, Ian y yo nos quedamos un poco atras mientras la observabamos a la niña estar tan feliz en los columpios. Y hace momentos atras estaba tan triste. Era increíble.

-Siempre veniamos con mi madre aquí, por eso le gusta tanto- dijo Ian detras de mi cuando se dió cuenta de que yo la miraba algo extrañada, pero entretenida a Mel. Sin embargo, cuando dijo eso cambie mi atención hacia él.

-¿Descubrieron el lugar ese con tu madre?

De repente el se tensó.

-No- hizo una sonrisa triste- el lugar lo descubrí yo, justo despues de que murió mi madre.

-¿Justo después?- repetí.

-Todavia hay tantas cosas que no sabes- dijo en un suspiro.

-Lo sé- traté de reirme. Fracasé- pero planeo hacerlo, de a poco.