Marshall

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Terapia número 4

La doctora observaba cada movimiento del chico. Marshall se balanceaba en el asiento de madera oscura. 

- Marshall, detente, te golpearás- espetó buscando la fría mirada del chico.

Marshall, tan joven y malévolo había hecho que la mujer se estremeciera con un solo gesto, podía hacer lo que quisiera si lo dejaban a solas con alguien. Su mente maquinaba cosas espeluznantes que trataban de disipar mediante citas a médicos y especialistas en el tema, pero no había caso, era una enfermedad que él no quería dejar.

- Tú me golpearás- sonrió maliciosamente.

- ¿Qué?- miró asustada al muchacho.

Marshall tomó su brazo y lo mantuvo sujetado con fuerza hasta que este se tornó morado. Otra vez intentaba hacer que despidan a una doctora. Selma era simpática y muy pacífica, es por eso que se le encargó a Marshall para que pueda mantener su mente en orden. Las demás habían sido un fracaso. 

El muchacho ya sabía que técnicas usar para que las despidan. Ya había usado la agresión verbal con la Sra. Macey, una anciana fría y arrogante; la intoxicación con una chica joven y amable que se dedicaba a la medicina. Y ahora pensaba hacer creer a sus padres de que Selma lo había agredido físicamente. 

Marshall cayó al suelo sin fuerzas. La doctora se arrodilló a su lado tratando de tranquilizar al chico. Gracias al cielo no había sido peor. Inmediatamente entraron la Sra. y el Sr. Derricks a ver que ocurría. La imagen los dejó sin palabras. Lo primero que hicieron fue tomar a su hijo y más tarde hablarían con la mujer que lloraba ante la desaprobación de los padres del chico.

Obviamente ellos entendían en la situación que se encontraba su hijo y no querían que nada malo le sucediese. Debido a sus problemas, era posible que las doctoras no lo soportaran y quisieran agredirlo como sea. Pero eso sólo estaba en la cabeza de Marshall. 



Valentina. S





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